Para Juana Santos Mamani, la mujer boliviana de 43 años que hoy es una líder social del barrio Flores, esas palabras que su madre y su padre le repetían hasta el cansancio, fueron su guía, pero también su condena. Quizás porque en la inocencia de la niñez, ella creía que las demás personas también seguían esas palabras rectoras a pie de la letra. Pero demasiado pronto descubrió que el mundo no es tan sencillo y que mucha de la gente que ella conocía, sí le mintieron y sí le robaron.