El miércoles por la noche, un avión se estrelló frente a un helicóptero, en el aeropuerto Ronald Reagan, en Washington. Abordo iban un argentino, oriundo de Buenos Aires, junto a su hijo, de nacionalidad chilena.

Luciano Aparicio es el argentino que forma parte de las 66 víctimas que dejó la tragedia aérea. El hombre viajaba junto a su hijo de 13 años, de nacionalidad chilena.

El mayor de edad era contador especializado en el rubro energético, y hacía varios años que estaba radicado en la capital de Estados Unidos, adonde se había mudado con su familia, por cuestiones laborales.

Padre e hijo volvían de Kansas, donde el menor de edad había tenido una competencia de patinaje artístico. En el mismo vuelo, se encontraba una delegación casi completa de patinadores.

Por su parte, los investigadores trabajan en la reconstrucción del hecho que se cobró más de 60 vidas. Entre esto y lo que más interesa es conocer cómo fue el contacto con los controladores del tráfico aéreo, además de dar con el motivo que empujó la pérdida de altitud de la nave de American Eagles.