El abogado Juan Ignacio Díaz, representante de la Subsecretaría de Género y Diversidad del Chaco, brindó su alegato final ante el jurado popular y pidió que los siete imputados por el femicidio de Cecilia Strzyzowski sean declarados culpables. Habló de una “organización criminal” encabezada por Emerenciano Sena y Marcela Acuña, y sostuvo que la joven fue víctima de un plan premeditado.

El abogado Juan Ignacio Díaz, en representación de la querella institucional del Estado chaqueño, presentó este jueves su alegato de clausura en el juicio por jurados por el femicidio de Cecilia Strzyzowski. En su exposición ante los doce ciudadanos que deberán definir el veredicto, pidió al jurado que declare culpables a todos los imputados, al tiempo que describió la trama del crimen como el resultado de una organización delictiva familiar.

“Cuando comenzamos este juicio, dijimos que Cecilia iba a hablar a través de las pruebas. Y habló. Hoy nos grita, aún asesinada, que este hecho no puede quedar impune”, expresó Díaz, quien aseguró que la acusación fue “sólida, coherente y probada desde el primer día” en coordinación con el Ministerio Público Fiscal y la querella particular.

El representante de la Subsecretaría de Género reconstruyó paso a paso el itinerario de Cecilia durante los días previos al 2 de junio de 2023. “Se le prometió un viaje y una propuesta de trabajo en Ushuaia. Ella lo creyó. Su (tía) abuela Mercedes (Valois) le prestó la valija y la vio salir con César Sena esa noche. Fue la última vez que alguien la vio con vida”, señaló.

Díaz explicó que las pruebas fílmicas y testimoniales acreditaron que Cecilia ingresó junto a César Sena a la vivienda de la familia, en Santa María de Oro 1460, y nunca volvió a salir. Según el alegato, el femicidio ocurrió entre las 10:07 y las 10:46 de la mañana del 2 de junio, en una de las habitaciones de la casa. “César pudo haberla matado en otro lugar, pero eligieron la casa familiar. Ese fue el inicio de la impunidad”, sostuvo.

El abogado describió la estructura del hecho como un plan de tres fases: la ejecución, el encubrimiento y la desaparición del cuerpo. “Marcela Acuña y Emerenciano Sena idearon y planificaron el crimen. Dejaron el lugar libre para que César la matara. Luego intervinieron sus colaboradores más cercanos: Gustavo Obregón y Fabiana González, quienes limpiaron la escena y trasladaron el cuerpo; y finalmente, Griselda Reinoso y Gustavo Melgarejo, que se encargaron de mantener encendido el fuego donde se la quemó”, afirmó.

Díaz resaltó que el fuego alcanzó temperaturas cercanas a los 800 grados, según la antropóloga forense que intervino en el caso. “No quedaron restos identificables, solo cenizas. Y esas cenizas son de Cecilia”, dijo, al describir la crudeza del procedimiento que buscó borrar toda evidencia.

En otro pasaje de su alegato, cuestionó duramente las declaraciones de los principales imputados realizadas el miércoles y explicó por qué la acusación decidió en conjunto no preguntar: “No hicimos preguntas a los imputados porque nos iban a volver a mentir”.

Díaz también se refirió al contexto de poder y control que, según la querella, sostenía la familia Sena. “Emerenciano era el líder, el que decidía todo. Nada se hacía sin su voto afirmativo. Manejaban una organización que actuaba con total impunidad, con estructura, recursos y silencios”, señaló.

Al finalizar, pidió al jurado que use “el sentido común y la lógica” al momento de deliberar. “Cecilia creyó en el amor, en un futuro, en un viaje que nunca existió. Fue engañada, manipulada y asesinada por una organización criminal. Hoy, incluso asesinada, sigue esperando justicia. Esa justicia la tienen que dar ustedes”, concluyó.

La querella institucional solicitó que el jurado declare culpable a César Sena como autor del homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género; a Emerenciano Sena y Marcela Acuña como partícipes primarios; y a Fabiana González, José Gustavo Obregón, Gustavo Melgarejo y Griselda Reinoso por encubrimiento agravado.