
EDUCACIÓN VIAL NOS FALTA ALGO: “CUANDO UNA AMBULANCIA PRENDE LUCES Y SIRENAS, ABRAN PASO”
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En nuestras calles, especialmente en ciudades como Juan José Castelli, se repite una lamentable situación: vehículos particulares que no ceden el paso a las ambulancias, patrulleros o unidades de bomberos, incluso cuando estas unidades encienden sus luces y sirenas. Esta falta de conciencia vial es un tema urgente que pone en riesgo vidas humanas y retrasa la atención de emergencias.
“Cuando una ambulancia, un patrullero o un móvil de bomberos hace sonar la sirena y enciende las luces, es porque estamos en camino hacia una urgencia. Sin embargo, pocos conductores se hacen a un lado para dejarnos pasar. Es triste ver que no comprendemos que en ese momento, un segundo puede significar la diferencia entre la vida y la muerte», comenta un miembro del personal de emergencia que prefiere mantener el anonimato. «Muchas veces estamos respondiendo a un accidente o trasladando a una persona en estado crítico, y si no conseguimos pasar rápidamente, la situación se complica aún más», agrega.
Este reclamo no es exclusivo de nuestra ciudad. En las principales localidades del Chaco la actitud de los conductores frente a las unidades de emergencia deja mucho que desear. Lo vimos en otras provincias o paices vecinos , es común que cuando se perciben las luces rojas parpadeantes o se escucha la sirena, todos los vehículos ceden el paso de inmediato, permitiendo que las unidades lleguen rápidamente al lugar de destino.
Lo que hace falta en nuestras calles no es más que un poco de educación vial y empatía. No se trata solo de cumplir con la ley, sino de comprender que, al ceder el paso, estamos colaborando en la misión de salvar vidas. Es un esfuerzo colectivo que depende de cada uno de nosotros. Si todos los conductores tomáramos conciencia de que un pequeño gesto puede hacer la diferencia, las emergencias se atenderían de manera más eficiente, y los tiempos de respuesta serían más cortos.
Es hora de que reflexionemos sobre nuestra actitud al volante. Cuando una sirena suena o se ven luces de emergencia, debemos actuar con rapidez, sin dudar, sin poner excusas. Un minuto o dos de retraso pueden ser fatales. Pensemos en aquellos momentos en que podríamos estar del otro lado, necesitando esa atención urgente.
A través de la educación vial, debemos enseñar que, al permitir el paso de una ambulancia, un patrullero o un bombero, no solo estamos siendo responsables con la ley, sino también demostrando solidaridad y humanidad. Cada vida cuenta.