CON PREOCUPACION POR LAS RESERVAS Y DUDAS SOBRE LAS MEDIDAS DEL GOBIERNO, LOS BONOS PERDIERON 4% EN LA SEMANA
Los bonos argentinos cayeron esta última semana y el riesgo país volvió a acercarse a los 1600 puntos. Las últimas decisiones del equipo económico no terminaron de convencer a los inversores, que exigen mayores garantías de pago.
La última semana fue una de las más financieras desde que empezó el gobierno de Javier Milei. Ya sea por los cambios que anunciaron en la política monetaria o por el regreso a las intervenciones en el dólar financiero, los inversores volvieron a focalizarse en las cuentas argentinas y se encendieron luces amarillas.
El precio de los bonos demostró la renovada cautela con respecto a la Argentina. Más allá de la buena conducta fiscal que muestra el Gobierno, los inversores volvieron a preocuparse por la capacidad de pago, en un contexto de reservas en baja, brecha ampliada y falta de anuncios de crédito internacional.
Así, los títulos públicos se desplomaron entre 3% y 4% en las últimas cinco ruedas del mercado externo, al tiempo que el riesgo país sumó 79 unidades y terminó en 1590 puntos. “Los bonos en dólares acumulan una caída de 15% desde sus máximos de fines de abril, cuando el riesgo país estaba en 1160 puntos básicos”, resaltó Juan Pedro Mazza, estratega de Cohen.
“El éxito del programa de desinflación mantuvo un sólido apoyo de los votantes, pero ahora el mercado financiero busca nuevos fundamentos para reactivar el rally de activos, exigiendo una recuperación económica que asegure la sostenibilidad fiscal por el lado de los ingresos, y prolongue el apoyo social que sustenta a la fuerza política del Presidente”, indicó Nicolás Max, director de Asset Management de Criteria, que consideró que eso no parece posible mientras haya cepo.
El foco en las reservas y el cepo
Varios analistas consultados por TN coincidieron en que la renovada desconfianza del mercado tiene como foco las dudas sobre las chances de acumular reservas suficientes como para salir del cepo y, en el camino, afrontar los vencimientos de deuda en dólares.
Mauro Carrizo, financial advisor de Cocos, expresó que el mercado demanda ahora más gestos al Gobierno que cuando los bonos valían menos. Entre las cuestiones que señaló para explicar la baja, el especialista mencionó la presión sobre las reservas desde que las liquidaciones del agro mermaron y aumentaron los gastos por importación de gas.
“A esto se le suma que se espera una caída en las reservas de entre US$3000 y US$4000 millones por temas estacionales. Otro punto a resaltar es la intervención explícita en los tipos de cambio, que más allá de que sea difícil de cuantificar, significa otra fuente de venta de divisas”, sumó.
A su turno, Mazza recalcó que la mala performance de la deuda argentina ocurrió en un contexto internacional neutro para la deuda emergente. “Queda claro que el mercado tiene sus ojos puestos en las reservas y que no recibió bien la decisión de utilizar las compras del Banco Central para intervenir en el contado con liquidación. Sin perspectivas de acumular reservas netas en lo que queda del 2024, crece la probabilidad de una reestructuración de la deuda en 2025″, afirmó.
En coincidencia con sus colegas, Juan Manuel Franco, economista jefe de Grupo SBS, también mencionó el lado “B” de la decisión oficial de compra de pesos en el mercado financiero para explicar la baja que mostraron los bonos esta semana.
“Creemos que el anuncio implica priorizar caída de brecha a la vez que intentan asegurarse que no recrudezcan algunas presiones inflacionarias. La otra cara de la moneda es la pérdida de reservas por estas intervenciones al contado con liquidación, en un contexto de reservas netas negativas”, indicó.
En ese sentido, analizó: “Esto se da ante la percepción inversora de que el Gobierno podría verse presionado en materia de dólares disponibles para enfrentar los pagos de deuda en esa moneda, con un pago por casi US$4400 millones en enero de 2025″.
“La acumulación es clave para la deuda en dólares, ya que, aun manteniendo el superávit fiscal del Tesoro, este necesita comprarle los dólares al BCRA, por lo que los inversores en el corto plazo miran más la variable de las reservas”, completó Franco.
El Gobierno leyó esa preocupación e informó que el Tesoro compraría anticipadamente las divisas necesarias para hacer el pago de enero. Sin embargo, no alcanzó a disipar todas las dudas y la deuda sufrió.
Martín Przybylski, portfolio manager de Consultatio Financial Services, consideró que las medidas del Gobierno no solo generaron desconfianza entre los inversores, sino que tampoco se mostraron muy efectivas, ya que la brecha cambiaria se comprimió inicialmente, pero luego retomó la senda alcista.
“El Gobierno mantiene la teoría de que a la larga, sin emisión de pesos por parte del BCRA, el peso será la moneda fuerte debido a su escasez y el tipo de cambio dejaría de subir. El problema de esto es que la demanda de dólares no solo proviene de pesos recién emitidos, sino que existe un stock grande de deuda en moneda local que está en manos de privados y que eventualmente podría poner presión al tipo de cambio”, indicó.