Mar. Dic 9th, 2025

MARCOS QUIERE SER EL PRIMER ARGENTINO EN LLEGAR AL ESPACIO

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Marcos Bruno va a viajar al espacio este año, su nombre, no su cuerpo. Una placa con sensores diseñada por él y un equipo de jóvenes de universidades argentinas, que lleva inscriptos los nombres de todos, ya está montada en un satélite de la empresa argentina Satellogic que despegará en un cohete a mitad de este año.

El Marcos de “chips y silicio, no de carne hueso”, como dice él, tendrá así su bautismo de fuego en esta aventura que se propuso desde que era un niño: ser el primer argentino en viajar al espacio, un sueño que está dispuesto a cumplir. Para eso, ya empezó a transitar un camino lleno de obstáculos que hasta ahora viene sorteando.

Algunos quieren jugar un Mundial; otros, tener un hijo o una casa frente al mar; Marcos quiere viajar al espacio. Está convencido de que se puede, que hay que “animarse a soñar con estas cosas”. Este joven mendocino, a sus 26 años, ya ha podido dar pasos concretos para cumplir su objetivo. Hace seis años, en mayo de 2016, participó de un experimento en la Mars Society de Estados Unidos tras haber sido seleccionado entre cientos de candidatos de todo el mundo.

La organización, que impulsa proyectos para el futuro desembarco de la humanidad en Marte y está financiada por la NASA, entre otras instituciones, tiene un centro de simulación en el desierto de Utah. En esa geografía, muy parecida a la del planeta rojo, Marcos tuvo su debut como “astronauta”. Se puso un traje espacial, se metió en un simulador y “vivió” unas horas en Marte. Cuando se bajó y volvió a la realidad, recuerda que corrió y lloró de alegría. “Fue uno de los momentos más felices de mi vida, todo lo que había soñado estaba frente a mí”, dice.

Pero a veces el destino impone desafíos mayores en el momento en el que uno cree que superó todo. Eso ocurrió con Marcos. Cuando dejó el desierto y volvió al hotel en la ciudad, aparecieron 24 llamadas en su teléfono. Sus familiares querían darle una dura noticia: su papá había muerto, lejos, en su Mendoza natal. “Pasé del mejor momento de mi vida al peor, sin escalas”, reconoce hoy: “Maduré mucho a partir de eso, fue un golpe de realidad que me dio la vida. A los 20 años aprendí lo que es realmente un problema, no esas cosas de las que nos preocupamos a diario. Entonces a muy temprana edad entendí que tengo que hacer las cosas que me van a hacer feliz”.

El primer astronauta argentino: Fernando Caldeiro

Había una vez el primer astronauta argentino. Se llamó Fernando Caldeiro y participó de la era de oro de los viajes al espacio, la de los trasbordadores. Nacionalizado estadounidense, desde 1996 fue parte del staff de astronautas de la NASA. Sin embargo, aunque estuvo muy cerca, “Frank” (como lo rebautizaron allá) nunca pudo ser parte de una misión espacial y murió en 2009, con solo 51 años.

Marcos, que nació un año antes de que Caldeiro entrara a la NASA, sabe que puede completar la ruta de aquel pionero. Pero para eso falta mucho. “Es un camino tan largo… Quiero ser muy realista en esto: es el sueño de mi vida y he trabajado en los últimos años enfocado totalmente en eso, voy a dejar todo en la cancha para hacerlo”, dice con jerga futbolera.

La seguridad que denota al hablar contrasta con la de aquel niño que fue alguna vez, retraído, que solo hablaba con los demás para preguntar cosas extrañas para alguien de su edad: “De qué color es el blanco”, le lanzó a su maestra de cuarto grado que quedó atónita. “Si Papá Noel no existe, tampoco existe Dios”, le dijo a su mamá, a la que no le quedó otra que darle la razón.

A los 10 años mandó una carta a la NASA fascinado con lo que veía por la tele cuando despegaban trasbordadores como el Columbia o el Discovery. Al poco tiempo le llegó la respuesta: un paquete de cartón con el logo de la agencia espacial estadounidense y adentro, todo tipo de material educativo sobre el espacio.

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