Mar. Mar 19th, 2024

LAUTARO LÓPEZ Y UNA LESIÓN QUE LO CAMBIÓ TODO

Soñaba con ser un distinguido apertura de rugby, pero un golpe modificó sus planes y hoy es un base de gran proyección en Europa. En Básquet Plus su historia.

La vida tiene golpes de suerte que abren caminos a nuevas ilusiones y desafíos; y a veces esos cimbronazos pueden ser literales como le pasó a Lautaro López cuando en su afán por querer ser un rugbier como su papá, Héctor, sufrió un golpe, una lesión y mamá mostró la firmeza que lo catapultó definitivamente al  básquet.

«Empecé a jugar al básquet por mi madre, ella fue la que me acercó a este deporte. Cuando era más chico  era más apasionado por el rugby porque mi padre jugaba (era apertura o fullback en la primera de Regatas de Resistencia) y estaba todo el día detrás de él. Simultáneamente hice los dos deportes hasta que un día tuve un golpe en el rugby, un choque de rodilla con otro chico que no me dejó caminar por varios días y ahí fue que mi madre no me dejó jugar más y me quedó la opción del básquet nomás», reconoció Lautaro casi como una confesión.

Su madre, Macarena, también tiene su parte de reconocimiento por parte del protagonista: «Se ve que mi mamá vio algo en el básquet, estoy super agradecido de todo lo que vino después con este deporte que ahora amo», reconoció.

El básquet se metió en la vida de Lautaro López, lo fue encandilando de a poco en la adolescencia y su deseo de competir y mejorar hizo lo propio con pequeñas cuestiones que vivió en su Resistencia natal para querer ser jugador de baloncesto: «Poco a poco lo fui disfrutando mucho, tuve mi primera llamada a una preselección de Chaco y eso me motivó muchísimo. Después cuando fui creciendo en la provincia hicieron un Argentino de clubes y al ver chicos de todas las provincias compitiendo me dio otro empujoncito para querer jugar al básquet en el mejor nivel posible».

Los buenos rendimientos en Villa San Martín y en los campeonatos Argentinos de provincias pusieron a Lautaro López en el mapa de los clubes de Buenos Aires y San Lorenzo, el pentacampeón de la Liga Nacional, fue quien puso los ojos en este armador flaquito pero de buenas cualidades técnicas. Sin embargo las adaptaciones a vivir en otros lugares a los 17 años, lejos de casa puede resultar algo traumático si no se tiene la contención justa.

El ex Baskonia manifestó lo mucho que le costó adaptarse a Buenos Aires por «culpa de una rebeldía» inoportuna: «En mi paso por San Lorenzo tuve a Julio Lamas, un gran entrenador y él junto con Carlos Duro me enseñaron muchísimo en ese proceso con el cambio de club y de ciudad. En ese momento estaba un poco perdido, bastante rebelde. La verdad que al principio no supe aprovechar todo lo que me enseñaban por culpa de esa rebeldía y de a poco fui madurando, fue entendiendo como iba la cosa y terminé disfrutando de todo lo que me dieron ellos como entrenadores»

«Me llevó tiempo y mucha terapia, no se de dónde salía todo esa rebeldía, se lo atribuyo bastante a la edad y los cambios, esas cuestiones que me aparecieron al irme lejos de casa. Hoy ya tengo otra perspectiva, pude tranquilizarme y enfocarme mucho, este proceso lo logré gracias a mucha gente que me ayudó a tratar de ser mi mejor versión. En eso tengo que agradecer mucho a Carlos Duro, a mi familia y a mi agente Claudio Villanueva que me ayudaron a tener una mejor visión de las cosas», reflexionó el armador chaqueño.

No obstante a pesar de estar en el mejor club de la argentina en ese momento en cuanto al baloncesto por resultados, el deseo de Lautaro siempre fue jugar y no lo conformaba la Liga de Desarrollo o estar entrenando con grandes jugadores al lado como Walter Herrmann o el Penka Aguirre entre otros. «Ser jugador de básquet es un proceso súper largo y lo entiendo. En ese momento era muy chico, tenía 17 años y estaba en uno de los mejores equipos del país, el año que llegué compartí equipo con Lucas Faggiano y el Penka por lo que me era muy difícil ganarme mi espacio en el equipo. Pero bueno todo ese proceso de entrenar con jugadores de la calidad como Walter Herrmann me hizo mejorar a pesar de no poder jugar mucho. Con el paso del tiempo San Lorenzo seguía trayendo gente de mucha jerarquía y se hacía duro ganarse un puesto siendo juvenil y con todas las aspiraciones que tenía el club»

«Necesitaba jugar y no encontraba manera de poder hacerlo. Por eso cuando surgió la chance de ir a Europa no lo dudé y me fui para el Baskonia, donde entrené duro con las cosas que había aprendido en San Lorenzo y por ejemplo me gané la chance de entrenar con el primer equipo, un plantel repleto de grandes jugadores. En Baskonia me pasó algo similar que en San Lorenzo, era difícil que el entrenador se decantara por un jugador joven sin experiencia, así que nuevamente priorice jugar y fue que decidí ir a otro lugar para poder tener los minutos que quería», agregó.

Ilusiones en destinos no explorados

La salida del Baskonia vino con la opción de hacer experiencia en Eslovaquia, en el Inter de Bratislava. Allí fue todo de maravillas con números muy buenos (17.5 puntos, 7.4 asistencias y 7.2 rebotes) que le permitieron dar un salto de calidad a la Liga Adriática, otro destino poco explorado por los jugadores argentinos, pero sin dudas que se trata de una competencia sumamente fuerte. Borak Cacak, equipo Serbio, fue el que se hizo de los servicios de Lautaro López y tras haber disputado dos meses de competencia la temporada pasada (7.7 puntos, 3.0 rebotes y 3.5 asistencias), ahora se encuentra en plena pretemporada de cara a la nueva campaña que comenzará oficialmente el 25 de septiembre.

Sobre cómo es vivir en Cacak y ser un argentino en Serbia, sostuvo: «Por suerte estoy súper afianzado al equipo y a la ciudad, al año pasado pude estar dos meses acá en Cacak, una ciudad chiquita, tranquila, muy cómoda para el día a día y la verdad que en la gente en sí es muy similar la de argentina, las tradiciones y las costumbres son muy parecidas a las nuestras. A eso súmale que son muy apasionados por el básquet, lo que hace un ambiente muy lindo para poder desarrollarme».

Nacido en Resistencia, Chaco, Lautaro López creció con devoción por la pelota ovalada y el básquet no estaba ni por asomo en sus planes y menos vivir en Eslovaquia y Serbia para buscar ganarse un nombre por eso que todo esto es mucho más de lo que imaginó cuando se inclinó por hacer una carrera con la pelota naranja.

«Todo el tema de Eslovaquia y ahora Serbia fue un giro inesperado para mi carrera, pero bueno fue un paso que tenía que dar para seguir creciendo como jugador. Obviamente que de chico soñé con irme a jugar afuera, pero no se me cruzó Eslovaquia y Serbia como los lugares en donde iba a tener mis primeras armas. Lo más loco de todo esto es en que en una entrevista que me hacen en el mundial U17 de Zaragoza, un 14 de octubre,  me acuerdo que dije que me encantaría poder jugar en el un club europeo y al año siguiente, justo en la misma fecha, 14 de octubre, estaba arribando a España para jugar en el Baskonia y así fue que cumplí un sueño que tenía de chico», explicó con aquella anécdota de la casualidad de fechas como testigo de que desear algo con firmeza puede cumplirse si se trabaja fuerte en pos de ello.

Con solo 22 años, Serbia sería su cuarto lugar de residencia y el tercero en tres años hace de la cuestión de adaptación algo relativamente fácil, a pesar de que para el protagonista no es tan así: «Ahora aparece fácil, pero en su momento cuando hice la transición de irme de Chacho a Buenos aires me costó muchísimo , pero bueno siempre tuve el apoyo de mi familia que me acompañó en el proceso de adaptación. Con el tiempo te vas acomodando a esa vida de nómade, al principio me costó mucho, había días que me sentía muy solo y otros no tanto, es como que te vas acostumbrando a una montaña rusa de emociones y con el paso del tiempo vas madurando ese aspecto».

Paso a paso el surgido en Villa San Martín va juntando millas de experiencia internacional, con metas a corto plazo como instalarse en la Liga Adriática y otra que más que una meta es un sueño y eso se trata de la selección Argentina: «La verdad que estoy disfrutando mucho el proceso sin enloquecerme con lo que vaya a venir, trato de crecer día a día. Mi meta es poder establecerme en la Liga Adriática, tener una buena campaña y también tengo muchas ganas de jugar en la selección, ojalá pueda tener algún llamado para alguna ventana o para lo que sea. Si no se da voy a seguir trabajando duro para poder pelear por ese llamado y en tanto, por el momento, estoy muy entusiasmado con todo lo que se viene y poniéndole muchas ganas»

La liga de los balcanes, la adriática, está compuesta por equipos pertenecientes a países como Serbia, Croacia, Bosnia, Eslovenia y Montenegro, obteniendo el ganador del certamen un pasaje a la Euroliga. Es una competencia muy dura con muy buenos jugadores, donde se desarrolla un básquet vertiginoso como en muchos lados del mundo: «El básquet serbio es moderno, rápido. Por ejemplo nosotros tratamos de agilizar mucho nuestro juego, de correr la cancha y aprovechar que somos uno de los equipos más jóvenes de la liga e intentamos aprovechar nuestra energía y sacar réditos contra equipos que son más grandes y físicos. La Liga Adriática es muy física, hay mucha gente habilidosa, mucha gente con experiencia así que va a ser muy lindo todo lo que se viene»

De Resistencia a Cacak pasando por Bratislava y el País Vasco, el tren de las ilusiones sigue viajando y anuncia que su próxima parada será destino celeste y blanco. Creer es confiar y así lo afirma con su juego y su templanza, Lautaro López listo para encandilar a los balcanes en la Liga Adriática.

*Nota publicada en basquetplus.com

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