DOS PERROS, UNA PAREJA Y UN DESTINO FINAL EN ALASKA: LA HISTORIA DE LAS INSTRUCTORAS DE BUCEO QUE PASARON POR SÁENZ PEÑA
Gisela Ares y Florencia Cermuschi decidieron, antes de la pandemia, iniciar un viaje en una combi y llegar a Alaska como destino final. Acompañados por un doberman y un salchicha, la pareja realizó una parada en el Hotel Gualok de Sáenz Peña para arreglar un desperfecto del vehículo y aprovecharon para contar su historia.
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Como la mayor parte del mundo, ambos se encontraron varados en algún lugar cuando las cuarentenas en todo el mundo comenzaron a surgir. En el caso de Gisela y Flor, el país de alojo durante gran parte de la pandemia fue Paraguay.
La pareja inició este proyecto hace tres años y le colocaron un nombre particular: «Calimba Buceando por América».
Para explicar el nombre, aclararon: «Nosotras salimos de Buenos Aires con la idea de recorrer primero el país. Somos instructoras de buceo, instructoras de primeros auxilios, pero como instructoras de buceo queríamos unir Latinoamérica a partir del buceo».
Fue entonces cuando también conectaron el aspecto social al querer enseñar primeros auxilios a las comunidades que se encontraban alejadas de las cabeceras capitales.
Dos hitos: Ushuaia y Alaska
La primer meta es llegar a Ushuaia y la siguiente Alaska. «El buceo nos impulsó a llevar adelante este proyecto y nos dimos cuenta que podíamos hacer lo mismo que hacíamos en una oficina o para una misma empresa, hacerlo en muchos lugares a la vez o llega a más personas con los primeros auxilios y cuidados medioambientales, así que dijimos ‘hay que hacerlo'», afirmó la pareja.
En este sentido, continuó Florencia: «Fue bastante fuerte porque ya habíamos recorrido casi toda Argentina, parte de Chile, parte de Brasil; habíamos estado en Paraguay, después regresamos y a la semana se comenzó a cerrar todo y pensamos que se iban a abrir las fronteras nuevamente en 40 días pero eso no ocurrió asi que tuvimos que parar nuestro proyecto para nosotras y acostumbrarnos a otro estilo de vida».
Ambas fueron vacunadas en Estados Unidos tras reconocer que era algo necesario para seguir con el viaje.

Un «stop» en Sáenz Peña
Debido a un desperfecto vehicular, las chicas hicieron una parada en la localidad termal.
Y es que también se manifestaron su inclinación por elegir la combi como vehículo para el viaje debido a que se trata de una «comunidad». «Al lugar donde llegas hay como una comunidad de combis en todos lados, es un vehículo simpático que la gente lo ve y se les escapa una sonrisa. Hay un acompañamiento emocional bastante fuerte», expresaron.
Cuenta con baño, ducha, energía y «dormitorios» para los perros. «Tenemos una pequeña casa en tres metros cuadrados», señalaron.
Las mujeres intentarán ahora llegar hasta Colombia vía terrestre y luego cruzar a Panamá. «Si bien hay caminos de tierra, sin ruta, vamos a embarcar el vehículo y cruzar. Esa es la parte más complicada del viaje y la parte más costosa», finalizaron.