CRIMEN DE LOS DOCENTES EN QUITILIPI: VARIAS PRUEBAS «COMPLICAN AL IMPUTADO» Y LOS TESTIMONIOS «FUERON CONTUNDENTES»
Luego de que la Justicia dictara prisión preventiva para Francisco «Pachi» Escalante por el doble crimen de los docentes Soledad Antonela Altamirano y Evaristo de Jesús Saux en Quitilipi, el abogado querellante dio detalles sobre el avance de la investigación.
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«Son varias las pruebas existentes en el expediente que podrían complicar al único detenido en la causa. Los testimonios que fueron contundentes al señalar que la joven sufría una constante persecución psíquica y física y que Antonela vivía constantemente con temor», sostuvo en declaraciones a Diario Chaco el letrado Pablo Madzarevich.
La querella se refirió también a la existencia de informes de la policía que fueron contundentes para el dictado de la prisión preventiva. «Hay además un testimonio fundamental de una persona de Machagai que tuvo sus implicancias físicas por parte de Escalante», dijo el abogado y reiteró que «varias personas que vieron al imputado en horas de la noche y la madrugada cerca de la vivienda de la joven».
En cuanto a la autopsia, trascendieron los resultados preliminares. Tanto Evaristo como Antonela recibieron 19 puñaladas cada uno, las que fueron contundentes y mortales. «Antonela recibió cinco puñaladas punzo cortantes en la zona del pulmón con una longitud de 5 a 10 cm de profundidad que fueron fatales», aseguró el abogado.
Al ser consultado si podrían haber otras personas involucradas en el hecho, Madzarevich sostuvo que «de las investigaciones llevadas a cabo hasta el momento no se desprende que hayan otras personas involucradas, solamente este principal imputado».
EL HECHO
Cerca de las 10:45 del miércoles 8 de marzo, Soledad Antonela Altamirano y Evaristo de Jesús Saux fueron encontrados asesinados a puñaladas en la galería de una vivienda ubicada en calle Jujuy al 2000 del barrio Mariano Moreno de la localidad de Quitilipi.
Un dato que alarmó a los presentes y a los agentes policiales que comenzaron a intervenir fue la ausencia de los dos hijos menores de edad de Altamirano, de quienes se supo luego que se encontraban en buen estado de salud en la casa de sus abuelos paternos.