“Hoy es el primero de los dos días de paro en la totalidad de las Universidades nacionales. En la nuestra, el de la docencia es total, aunque no lo es en los no docentes. Pero mañana viernes sí el acatamiento será total. Y repercute también en la UTN, siendo sin asistencia a los lugares de trabajo”, comienza diciendo Alejandro Álvarez, secretario gremial de ADIUNE.

Mencionó que “entre los tres gremios, ATUN, ADIUNNE y CODIUNNE, se está realizando una actividad en conjunto con estudiantes, que cada vez están más afectados y vienen trabajando con nosotros. Sobre todo de cara a la marcha federal del próximo 2 de octubre”.

Posteriormente, el dirigente gremial hace saber que “la marcha del miércoles 2 va a ser en Corrientes. La caravana saldrá del Campus Cabral, para llegar mínimamente al Rectorado. De acá, de Resistencia, saldrá una caravana para acompañar esa movida”.

En cuanto a la nueva marcha federal, que se espera sea masiva, dijo que “se va a dar en el período en que la presidencia tiene tiempo para vetar la ley de presupuesto universitario, que es para el año 2024, para mejorar el financiamiento y atar los salarios a los índices inflacionarios. Nunca estuvimos en una situación tan crítica como ahora”.

Agrega que “estamos viendo con preocupación el presupuesto presentado para el año 2025. Se había elaborado una propuesta de 7,8 billones para el año, y lo que están proponiendo no llega a la mitad, sabiendo que la inflación no va a ser menor de 3 ó 4 puntos mensuales”.

No puede dejar de comentar los índices de pobreza informados este jueves por el INDEC para el país, y para el Gran Resistencia, que es el conglomerado más pobre de Argentina. “Este casi 53% es un incremento terrible. Lo vemos reflejado en la Universidad. A esta altura del año tenemos un desgranaje del estudiantado, muy superior a otros años”.

Sin embargo, analiza que “no dejaron las carreras porque salieron mal en los exámenes. La gran mayoría es por la cuestión de que no pueden pagar alquiler, comedor, etcétera. Estas políticas económicas le pegan a los estudiantes, a las familias y a las universidades, que están trabajando para la sociedad”.

“El golpe al bolsillo de los estudiantes es directo. Y muchos deben dejar para buscar empleo y ayudar a sus familias”, concluye Álvarez.