LA ÚNICA DECLARACIÓN DEL PRESUNTO FEMICIDA DE JOHANA GONZÁLEZ: QUÉ DIJO ANTES DE SER DESCUBIERTO
Antes de su detención, Mario Barrientos fue entrevistado el lunes 27 de mayo y declaró haber visto por última vez a Johana el martes 21. Su relación con la víctima y las últimas horas junto a ella del principal sospechoso del caso.
![]()
Johana González desapareció el martes 21 de mayo por la noche y tras ser buscada durante 10 días en distintas zonas del Gran Resistencia, terminó siendo hallada sin vida en una laguna en Villa Seitor. El caso volvió a conmocionar a toda la provincia, en lo que sería un nuevo hecho de femicidio que sacude a toda la comunidad y, hasta el momento, el único acusado tras el suceso es Mario Barrientos.
Entre las primeras investigaciones, se encuentra la principal hipótesis de la fiscal Nelia Velázquez, quien señaló que Barrientos habría terminado con la vida de Johana el mismo día de su desaparición.

Este medio accedió a la única declaración del sospechoso, quien fue entrevistado el lunes 27 de mayo, cuatro días antes de ser Johana descubierta muerta. Barrientos declaró haber visto por última vez a la mujer de 30 años el martes 21 de mayo, donde precisó los detalles de las últimas horas que pasó junto a ella y la relación que tenían ambos.
Según lo declarado por Barrientos, conocía a Johana desde hace 5 meses aproximadamente, en el contexto en que ella «ofrecía sus servicios sexuales a cambio de dinero», teniendo su parada en calle 14 y Av. 25 de Mayo.
Así mismo, explicó que se enteró de la desaparición de Johana porque «la madre de ella se acercó hasta su casa» y que la última vez que la vio fue ese martes 21 a las 18:00 horas, donde la cruzó en la esquina donde ofrecía sus servicios, «la saludó y le aconsejó, como siempre lo hacía, que deje de drogarse, porque a pesar del poco tiempo de conocerla, hicieron un vínculo de amistad y últimamente la notaba bajo los efectos de algún tipo de estupefacientes«.

En esa línea, detalló que la mujer «vestía bien abrigada, con un gorro de hilo y jeans color oscuro» y su medio de movilidad era una motocicleta 110 cc, pero que se encontraba en «malas condiciones y descompuesta», por lo que ese día, se manejaba a pie.
A su vez, agregó que la familia de Johana frecuentaba su domicilio, que «inclusive compartían almuerzo y alguna bebida», y que, en algunas de esas reuniones, Johana la comentó que «tenía un cliente fijo que le pegaba por sus servicios $ 20.000 pesos y que el sujeto se movilizaba en una camioneta».

También, inclusive, aclaró que «no sólo pagaba por los servicios sexuales de la víctima, sino que lo hacía con otras femeninas que realizaban esa actividad en la zona, como ser Araceli González, hermana de Johana y con quien compartía una amistad».
En su limitado pero contundente relato, Mario Barrientos intentó dejar en claro que mantenía un «buen vínculo» con Johana e insinuar sus «problemas con estupefacientes», mencionando, además, un supuesto vínculo de la víctima con un «nuevo cliente».