El destino de Impsa, la emblemática empresa metalúrgica argentina, está a punto de definirse. Este lunes a las 16 vence el plazo para que Arc Energy, la empresa estadounidense interesada en adquirir el 84,9% de las acciones, presente una oferta mejorada.

La venta de Impsa representa la primera privatización impulsada por el gobierno de Javier Milei, marcando un cambio drástico en la política económica nacional. Si el proceso avanza según lo previsto, la adjudicación de la compañía podría concretarse en las próximas semanas, luego de la evaluación de la comisión encargada.

Arc Energy, cuya oferta inicial fue de 27 millones de dólares, deberá mejorar las condiciones del acuerdo para que el Gobierno considere viable la operación. Entre los puntos clave solicitados figuran la reestructuración de la deuda, la actualización de contratos estatales y la resolución de compromisos impositivos pendientes.

Impsa, que fue durante décadas un líder en proyectos de infraestructura energética, enfrenta un panorama completamente distinto al que alguna vez tuvo. La empresa comenzó a declinar en 2014, cuando entró en cesación de pagos, y en 2021 pasó a manos del Estado nacional y la provincia de Mendoza tras acumular un pasivo millonario.

Con esta privatización, Impsa podría cambiar su perfil exportador, orientándose hacia el mercado estadounidense, donde se anticipan políticas proteccionistas por parte de Donald Trump. Este giro representa un desafío para la compañía, que en su mejor momento se posicionó como un referente regional en el sector metalúrgico.