
LA HISTORIA DEL MISTERIOSO MONJE QUE ESTUVO EN LA ASUNCIÓN DE FRANCISCO Y REAPARECIÓ 12 AÑOS DESPUÉS
Su primera aparición fue durante el Cónclave de 2013, donde fue elegido como Sumo Pontífice el argentino Bergoglio. Más de una década después, el misterioso hombre reapareció en la asunción de León XIV.

El misterioso monje apareció en la plaza de San Pedro para rezar por el nuevo Papa.
@Argenpoirot
El misterioso monje franciscano que dijo presente en la asunción del papa León XVI
Mientras miles de fieles festejaban, otros tantos fueron sorprendidos por la reaparición de Coppo. Vestido con un hábito franciscano, un bastón, unas alpargatas y un bolso al hombro, el hombre de 64 años se apareció en la Plaza de San Pedro para rezar por el nuevo Sumo Pontífice.
La sorpresa de los presentes se dio porque Coppo había hecho su primera aparición 12 años atrás, con prendas muy parecidas, para rezar por el bienestar de Francisco. «Quiero un nuevo pontífice para los pobres y que se acerque a ellos, que hable de la eternidad, del infierno y del retorno de Cristo», explicó el italiano en el momento de asunción del argentino.
Más de 40.000 fieles aclamaron al nuevo Papa León XIV en la plaza de San Pedro
El segundo día de deliberaciones en el Cónclave trajo consigo la esperada señal: la chimenea de la Capilla Sixtina emitió humo blanco, confirmando que los 133 cardenales electores habían alcanzado un acuerdo. Pasado el mediodía en Roma, la emblemática fumata blanca anunció el consenso sobre el nuevo líder de la Iglesia Católica, marcando el cierre del proceso y el inicio de un nuevo papado tras la salida de Francisco.
El elegido fue Robert Francis Prevost Martínez, cardenal estadounidense de 69 años, quien asumirá como el nuevo Papa. Su nombramiento fue proclamado oficialmente por el cardenal protodiácono Dominique Mamberti, quien desde el balcón central de la Basílica de San Pedro se dirigió a una multitud congregada en la Plaza de San Pedro. En ese momento, Mamberti pronunció las solemnes palabras en latín: «Habemus papam», acompañadas por el repique de las campanas que celebraron el histórico anuncio.
Durante su primer saludo, el nuevo Papa —que aún no dio a conocer el nombre papal elegido— dirigió una bendición “urbi et orbi” (a la ciudad y al mundo), acompañado de un llamado a la unidad, la paz y la justicia social.