Desde la facultad de ingeniería de la Universidad Nacional del Nordeste desarrollaron un «mouse» adaptado para personas con discapacidad motriz, la iniciativa nace a partir de la necesidad de Fernando, un joven cuadripléjico que necesita usar la computadora, ya que es pintor y edita sus cuadros de esa forma. Fue así que Gerardo Bravo, docente e investigador de la UNNE y Martín Torres ingeniero electromecánico lograron dar forma a este dispositivo.

El aparato en este caso es adaptado a una persona sin movilidad tanto en la parte inferior, como en la parte superior del cuerpo, Fernando solo puede mover la cabeza, es por eso que el mouse funciona mediante el movimiento de la misma y el click se realiza mediante soplidos cuya intensidad puede ser regulada.

Los desarrolladores de este dispositivo dialogaron con Diario TAG, contaron como nació la idea, el proceso de llevarla a cabo hasta ver el mouse funcionando y la posibilidad de adaptarlo a la necesidad de otras personas.

TAG: ¿Cómo surgió la idea de desarrollar este mouse?

Martin: Surgió porque a Fernando le hicimos un elevador hace unos años, luego de eso quedamos pegados a su historia. Un día estábamos navegando en internet y vimos un dispositivo que lo usaban para videojuegos, entonces pensamos es ideal para Fernando, nada más tenemos que adaptarlo a nuestra tecnología y a lo que tenemos disponible en Argentina y en el Chaco, llegamos a los materiales necesarios y ahí empezó el debate por el click porque el dispositivo que habíamos visto no lo tenía y así surgió la idea de que sea soplando como él no puede mover otra extremidad del cuerpo, simplemente puede mover la cabeza.

Gerardo: Fernando es pintor de una asociación de bocas y pies es decir con la boca hace cuadros y tiene que editar esos cuadros, muchas veces usa la computadora de su casa y cuando él nos cuenta como trabajaba, nos obligó a pensar que hay en el mercado mundial, que hay nivel nacional y acá en Argentina no se fabrica ningún dispositivo similar a diferencia de otros países donde sí existen opciones parecidas, pero por ahí fuera un poco de alcance para nuestra economía local. Eso un poco nos obligó a ver que solución se le podría brindar para mejorar su situación y ahí surgió esto.

Es un dispositivo que se coloca en la cabeza y puede reemplazar completamente a un dispositivo convencional, con un movimiento suave de la cabeza él puede desplazar el puntero en la pantalla y en el caso del click es con leves soplidos.

TAG: ¿Cómo usaba Fernando la computadora antes de este mouse?

G: Antes tenía una pantalla táctil y a través de un puntero con la boca podía ir picando en distintas partes de la pantalla. 

M: Eso era un problema para él porque nos decía que con el tiempo la pantalla iba perdiendo sensibilidad y tenía que ir apretando más y más fuerte y el puntero que es un palo le iba lastimando la boca era incomodo de manejar, es una solución que le llegó perfecto, además el siendo artista ocupa la computadora todo el tiempo.

TAG: ¿Cuánto tiempo pasó desde que surgió la idea hasta que el mouse llegó a manos de Fernando?

M: El trabajo neto tomó aproximadamente un año, con muchas pruebas y errores. Lograr que el click funcionara fue un gran avance. Sin contar los baches, fue un esfuerzo conjunto de Fernando y nosotros dos.

TAG: ¿Fue fundamental la participación de Fernando en el desarrollo?

M: Absolutamente. Uno puede imaginar cómo debería ser un dispositivo, pero al probarlo aparecen muchos factores que no se habían previsto, como la comodidad y la motricidad fina de la persona. Fue un proceso de ida y vuelta hasta que logramos algo realmente funcional y robusto para él. Al principio, el click era demasiado sensible, con solo hablar se activaba. Esto nos llevó a desarrollar un bloqueador de mouse. Después se rompió el conector porque Fernando lo usaba acostado y nosotros habíamos colocado la electrónica atrás sin darnos cuenta, porque lo probabamos sentados. Ese fue nuestro primer gran error. Luego, reforzamos el dispositivo para soportar tirones y otros imprevistos, y desarrollamos un software para ajustar la sensibilidad del soplido a las necesidades de cada usuario.

G: La importancia del dispositivo radica en que puede adaptarse a cada persona. Si alguien tiene poco movimiento, podemos ajustar la sensibilidad para que el mouse no se desplace bruscamente. También podemos adaptarlo a otras partes del cuerpo, como un brazo, si es donde la persona tiene movilidad.

TAG: ¿Cómo lograron desarrollar el dispositivo?

M: Utilizamos elementos de open hardware y open software, que se pueden adquirir en cualquier lugar. Los sensores vienen prearmados y se conectan fácilmente, solo es necesario desarrollar el software. La idea es que cualquier persona en el país con conocimientos básicos de electrónica e impresión 3D pueda replicar este dispositivo. Ese es nuestro objetivo principal.

TAG: ¿El desarrollo del dispositivo tiene algún beneficio económico?

M: No buscamos beneficios económicos. Estamos gestionando una patente a través de la facultad, que actuará como ente de vinculación. Serán patentes libres de uso, siempre y cuando se mencione a la facultad que las desarrolló.

TAG: ¿Planean desarrollar más dispositivos?

M: Sí, por ahora estamos satisfechos con este dispositivo, aunque quizás se podría mejorar la estética. Fernando lo estuvo usando durante años sin problemas, aunque los primeros tenían fallas cada dos meses, pero ahora sabemos que funciona bien.

TAG: ¿Alguien más usó este dispositivo?

G: Hasta ahora, solo Fernando y nosotros lo usamos. Cualquier persona interesada puede acercarse a a la facultad, hablar con nosotros y podemos adaptarlo según sus necesidades. Si desean un mouse para la cabeza, ajustamos solo los umbrales específicos para cada persona. También podemos calibrar el dispositivo para que se pueda controlar con otras partes del cuerpo si es necesario.

TAG: ¿Cómo se financió el dispositivo?

G: La facultad proporcionó los materiales para desarrollarlo, pero el trabajo fue mayormente manual. Lo desarrollamos nosotros mismos, no es algo que se compre listo para usar.

M: En Chaco, todo el desarrollo fue muy a pulmón. El proyecto se financió con fondos de la UNNE, nuestros propios fondos y el apoyo de Fernando. Al principio, los dispositivos se rompían mucho y no podíamos repararlos. Tuvimos que comprar nuevos componentes, y Fernando también contribuyó financieramente. Esto fue esencial porque, si él hubiera dicho que no funcionaba, habríamos descartado la idea. Pero le gustó, le sirvió y lo usa.

G: El costo del dispositivo es bastante reducido porque los elementos son de fácil acceso y no son caros. Además, se pueden replicar fácilmente, y estamos dispuestos a asesorar a cualquiera que lo necesite.