Jue. Dic 11th, 2025

DILEMA POR LA COMUNICACIÓN DE LOS SENA DESDE LA COMISARÍA: ESTRATEGIA DEFENSIVA Y TENSIÓN EN LA CALLE

Envíanos información, audios, mensajes al 3644 404921 / 3644 68808.

Marcela Acuña, madre del supuesto femicida César Sena, lleva escritas ya más de 10 cartas desde su detención y alojamiento en la dependencia de Violencia Familiar y Género de Resistencia. Cada una de sus misivas genera polémica, opinión pública y aumentan las dudas acerca de su objetivo.

Acuña es esposa del líder piquetero Emerenciano Sena. Entre ambos fundaron las bases del barrio que lleva el nombre del dirigente, y funcionaron como autoridades máximas de un amplio movimiento social. Cuando comenzó la investigación para esclarecer la desaparición de Cecilia Strzyzowski, actuó con cinismo frente a los medios al afirmar que la joven «estaba viva», que «todo era política» y que su hijo César era una pobre víctima de un falso escrache social.

 

Desde que fue detenida el pasado viernes 9 de junio durante el allanamiento en su domicilio en la Santa María de Oro al 1.460, Acuña buscó continuar con el protagonismo en los medios para criticar el accionar policial y de los fiscales, al acusarlos de arbitrarios y sin fundamentos. Días después, el Equipo Fiscal Especial reunió suficientes evidencias en su contra para imputarla de homicidio agravado junto a su esposo e hijo. 

 

Su detención y alojamiento en la dependencia policial funcionó como trampolín para potenciar su argumento de víctima por «pertenecer» a una clase social baja, y encontró en las cartas escritas a puño y letra un mecanismo para mantener en auge su lucha social y la de su familia. En principio, los escritos estaban dirigidos hacia el fiscal Jorge Cáceres Olivera, y contenían una serie de simples exigencias. Con el pasar de los días, y tras ser anoticiada por sus allegados acerca de la repercusión que generaban sus palabras, comenzó a dirigirlas hacia la prensa, a su esposo, hijo y otras autoridades policiales.

 

En todas las cartas, Acuña planteó siempre las mismas bases: la inocencia de Emerenciano, la posible culpabilidad de su hijo en el femicidio, ser víctimas de una sociedad que la juzga por ser «negros», las supuestas arbitrariedades de la fiscalía, exigencias para «vivir» mejor, calificar el trato recibido como «tortura» y un rol que siempre la ubicó como perjudicada ante una opinión pública supuestamente errónea.

 

El Equipo Fiscal Especial accedió, parcialmente, a ciertos pedidos. A otros, por catalogarlos de peligrosos o porque incumplían las normativas de la comisaría, los denegó. A casi dos meses de haber sido detenida, y en pos de resguardar los derechos de un recluso, como para también evitar sanciones por parte del Juzgado de Garantías, los fiscales nunca le prohibieron la comunicación mediante los escritos.

 

Sin embargo, en las últimas semanas la frecuencia de las cartas aumentó. En el medio, Acuña incluso cambió de abogado tres veces -estuvo representada por Juan Díaz, Juan Carlos Saife, luego por Ricardo Osuna y ahora por Rocío de Jesús Ramírez-. Estos últimos dos letrados pertenecen al mismo entorno, y cuando Osuna asumió la defensa, había anticipado a Diario Chaco  que no permitiría que Acuña escriba cartas que previamente no estén autorizadas por él y su equipo.

 

Esto, en ojos de los fiscales y para quienes busquen darle un sentido estratégico a las cartas, levanta sospechas. Mientras Emerenciano es el encargado de mantener el orden en el barrio mediante llamadas telefónicas con sus dirigentes, y da instrucciones claras acerca de cuándo y cómo actuar, Acuña es la señalada como la responsable de construir una opinión pública que eventualmente la beneficie a ella y a su familia, y desprestigie por ende a la investigación de los tres fiscales.

 

Con esto en cuenta, y tras sospechas acerca de comunicaciones indebidas con el movimiento, el fiscal Jorge Cáceres Olivera incluso limitó la difusión de las cartas el pasado 21 de julio. Por su orden, que llegó en plena feria judicial, la comunicación de Acuña con sus abogados debió pasar a ser únicamente verbal. Además, se indicó que todas las misivas deberán ser aprobadas, antes de ser enviadas a sus destinatarios, por la Fiscalía. Pero esta restricción tampoco frenó la escritura, y Acuña parece haber incluso aumentado su frecuencia de «distribución».

 

El objetivo primordial de la prisión preventiva es que los imputados no entorpezcan la investigación y no intercedan en ninguno de los procesos judiciales que se lleven a cabo hasta el inicio del juicio. En las últimas semanas, los Sena demostraron tener una comunicación fluida tanto con la opinión pública como con sus colaboradores. Tal es así que esta mañana de viernes, los pertenecientes al movimiento Emerenciano volvieron a protestar frente a la fiscalía por la libertad de su líder. Dejaron carteles, pintaron la vía pública e incluso se cruzaron con la madre de Cecilia, Gloria Romero. Todo ocurrió luego de las expresas instrucciones de Emerenciano durante una llamada desde la cárcel que duró más de 13 minutos, y que se cree tuvo lugar en los últimos días.

 

Ahora, el Equipo Fiscal Especial debe analizar cómo continuar con la situación de los detenidos para tratar de alivianar la tensión que generaron con sus comunicaciones dentro de cuatro paredes, y no se descarta que se implementen medidas todavía más restrictivas con la única finalidad de no obstruir los caminos investigativos, que hasta el momento continúan definiéndose mientras se mantienen a la espera de más resultados científicos. La próxima semana serán las audiencias de oposición a la prisión preventiva, y debido a las intimidaciones que lanzaron los Sena, ya se estima una fuerte manifestación -con acampe incluido- que, luego de los sucesos de este viernes, no pinta para nada pacífico.

Fuente: Diariochaco

Deja un comentario

Social Media Auto Publish Powered By : XYZScripts.com