Vie. Abr 19th, 2024

CÓRDOBA: INVESTIGARÁN MÁS CASOS SOSPECHOSOS DE BEBÉS MUERTOS EN EL NEONATAL

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El trabajo forense se va ampliar a por lo menos 13 casos más. Las dos únicas autopsias arrojaron resultados parciales. Cómo la demora en denunciar atentó contra la investigación.
El espanto por la muerte de bebés sanos en el Neonatal no deja de conmocionar a Córdoba y el país. Pese a la detención de una enfermera el viernes pasado, y la imputación a quien hasta hace unos días fue la directora de ese centro de salud, la investigación lejos está de haber arrojado alguna novedad contundente. La desconfianza y el mar de dudas continúan reproduciéndose en medio de un impacto sin antecedentes.
A través de diferentes fuentes que siguen bien de cerca la causa que lleva adelante el fiscal Raúl Garzón (ahora con el apoyo del fiscal Horacio Vázquez), se pudo conocer que se va a ampliar el universo de casos sospechosos. Cuando el espanto aún puede ser mayor.
Hasta hoy, la Justicia investiga cinco casos de bebes recién nacidos que murieron a las pocas horas en el propio Neonatal, y otros ocho episodios en los que las criaturas sufrieron gravísimas lesiones y sobrevivieron.
Todos estos casos, entre el 18 de marzo y el 6 de junio de este año.
Pero en ese mismo lapso, hubo otros 13 bebés fallecidos, según indicaron los informantes. No se los integró al universo de episodios judicializados porque desde el Ministerio de Salud se indicó que podría haber otras causas (bajo peso, malformaciones, etcétera) para explicar sus decesos prematuros. No obstante, ahora sí se investigarán.
Por el momento, no está previsto que se realicen nuevas autopsias. La causa sólo tiene dos estudios de este tipo: a los dos bebés fallecidos el 6 de junio. Como ninguno de los casos anteriores fueron judicializados en su momento, ya se especula con que no tiene sentido exhumar los cuerpitos, porque se entiende que las supuestas sustancias que se pudieran buscar ya no se encontrarían.
Este es uno de los principales reproches al aparato de salud de Córdoba: la falta de judicialización en tiempo y forma ha atentado de manera directa con el resultado de la búsqueda de la verdad.
Si bien el Ministerio de Salud dijo ahora en agosto que se ocupó de realizar una investigación interna, lo concreto es que los cuerpitos no fueron sometidos a las autopsias correspondientes y tampoco se secuestraron los residuos patógenos (jeringas, ampollas ni otros elementos que hoy podrían ser considerados claves) ni se entrevistaron a tiempo a potenciales testigos. Todos elementos más que esenciales para cualquier investigación judicial seria.
Tiempo que pasa, verdad que huye, reza un viejo axioma criminalístico. Y en este caso, una vez más comienza a comprobarse.
Ante esto, la investigación forense se ocupará de sistematizar, uno por uno, este universo de más de 20 casos. Con las historias clínicas secuestradas en el Neonatal, se realizará una base de datos para despejar en cuál de estos episodios puede surgir una explicación médica más o menos concluyente, y en cuáles no. Estos últimos terminarán por conformar, por ahora, el total de casos sospechosos.
En cuanto a las dos únicas autopsias que se han practicado hasta ahora, trascendió que un «exceso de potasio» explicaría esos fallecimientos. Las fuentes advirtieron que en realidad no hubo demasiados cambios sobre lo que ya se conocía.
En una de las autopsias, se comprobó que el bebé fallecido tenía el doble de potasio que se presume natural para una criatura muerta. Por eso, se indicó en el nuevo informe que esa cantidad tuvo que ser la consecuencia de una inoculación voluntaria por parte de un tercero.
En la segunda autopsia, el informe de laboratorio no precisó la cantidad de potasio, pero sí indicó que se trataba de un registro extraño.
En ninguno de los dos casos se pudo establecer cómo se introdujo el potasio: ni un supuesto cuarto pinchazo ni un suministro vía oral. No se pudo precisar aún.
Se descuenta, ante la falta de autopsias, que en el resto de los casos será más complicado aún tener alguna certeza.
En otro de los gravísimos casos ocurridos en la noche del 6 de junio, una beba sobrevivió a una importante lesión que le dejó una marcada cicatriz en la espalda. De manera aún inexplicable, el Neonatal demoró una semana en encargar el peritaje a la piel quemada. Otra vez, el retraso atentó con la posibilidad de encontrar restos toxicológicos.
Hoy, la Justicia sabe que más allá de las responsabilidades políticas y penales detrás de toda esta historia macabra, existe un deber fundamental: darle alguna respuesta concretas a estas madres y padres que hoy conviven con una duda existencial.
El dato del potasio vuelve a poner en tela de juicio la mala praxis, más allá de que la imputación contra la enfermera Brenda Agüero (27, detenida el viernes) apunta a una supuesta cadena de episodios intencionales.
A los bebés recién nacidos se les aplica la vitamina K. Y el símbolo químico del potasio es K. ¿Pudo existir entonces una confusión semejante sostenida en el tiempo? Quienes conocen los protocolos sanitarios descreen de la mera negligencia, ya que sostienen que en cualquier clínica u hospital estas dos sustancias se deben almacenar de manera separa y bien diferenciada en los hospitales.
Sin embargo, acá también surge un problema: cuando la Justicia ingresó a investigar, hacía ya largas semanas que el Ministerio de Salud estaba ejecutando su propia investigación interna. Y, entre otras cuestiones, ya se habían cambiado lotes de medicamentos de lugar y se habían realizado otras intervenciones en la farmacia, según cuentan los propios empleados del Neonatal.
El fiscal Garzón ha tomado como propia esta porción de la investigación del Ministerio de Salud, que es parte involucrada en las sospechas, y por eso descartó en un comienzo la utilización de medicamentos adulterados.
El ministro Diego Cardozo, hoy en el centro de todas las críticas, reconoció de manera pública que una de las primeras medidas internas que se tomó, mientras las muertes sospechosas no dejaban de reproducirse, fue la de investigar algunos lotes de medicamentos para descartar que estuvieran adulterados o vencidos.
No hubo peritos independientes en esta parte de la pesquisa.
«Mientras se producía esta seguidilla de muertes de bebés sanos, el hospital siguió bajo control del Ministerio de Salud y no de la Justicia, por lo que hoy es difícil saber cómo era la situación real ahí adentro cuando se produjeron estos fallecimientos», se sincero una fuente de la investigación.
En ese punto, otro informante contó que el viernes último, cuando se ordenó un nuevo procedimiento judicial en el Neonatal, dos empleadas (una de ella jerárquica) se contradijeron ante los policías cuando debieron responder sobre el lugar donde se almacenaba una sustancia en particular.

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