AVANCES EN LA INVESTIGACIÓN POR FRAUDE MILLONARIO: NUEVAS PRUEBAS COMPLICAN AL POLO OBRERO
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La Justicia sumó nuevas pruebas que complican aún más al Polo Obrero en la causa que investiga una defraudación millonaria al Estado Nacional. La organización es sospechosa de haber desviado millones de pesos del programa Potenciar Trabajo hacia una red de empresas que emitieron supuestas facturas falsas para justificar gastos y ocultar el verdadero destino del dinero.
Según fuentes judiciales, el juez federal Sebastián Casanello identificó a seis empresas que podrían haber participado en el desvío de fondos del programa Potenciar Trabajo. Estas firmas habrían sido utilizadas por la organización liderada por Eduardo Belliboni para justificar una parte de los $ 360 millones que el Estado transfirió al Polo Obrero en su rol de unidad de gestión. Sin embargo, gran parte de estos fondos no llegó a los beneficiarios del plan, sino que se sospecha que fueron utilizados para el autofinanciamiento del espacio.
En los últimos días, los investigadores descubrieron detalles sorprendentes: el Polo Obrero presentó facturas emitidas por una empresa proveedora de handies, la cual luego transfirió dinero a otra compañía bajo investigación. Además, se investiga una factura por la compra de siete computadoras a una empresa sin antecedentes ni oficinas, y la contratación de una agencia de publicidad que realizó campañas digitales para el Partido Obrero con fondos estatales.
Inicialmente, los investigadores tenían evidencia de que el Polo Obrero había presentado gastos ante el ex Ministerio de Desarrollo Social con facturas supuestamente falsas emitidas por Coxtex, una empresa considerada apócrifa por la AFIP, y por la imprenta Rumbos, vinculada estrechamente con Belliboni. A través de estas dos firmas se desviaron $ 25 millones.
El juez Casanello también detectó que la Asociación Civil Polo Obrero presentó rendiciones por unos $ 10 millones con facturas de Urban Graphics S.A. y Rico Print, empresas que luego emitieron cheques a favor de Rumbos, lo que podría indicar un autofinanciamiento con dinero del Estado.
Uno de los hallazgos más llamativos fue la compra de siete computadoras y un software por $ 3 millones a Miniso Trade SRL, una empresa fundada en 2017 cuya primera factura, emitida en junio de 2022, fue dirigida al Polo Obrero. Durante un allanamiento, los investigadores encontraron que la oficina de Miniso Trade estaba vacía y no funcionaba desde 2020. Además, la factura presentada era casi idéntica a otra emitida por Coxtex en 2021 para el Partido Obrero.
Otro elemento que destaca en la investigación es una factura por $ 1,2 millones para el alquiler de handies a un proveedor llamado Carlos Osvaldo Monfrini, quien endosó un cheque a favor de Rumbos. Este hecho refuerza la sospecha de un posible autofinanciamiento con fondos estatales.
Si la Justicia confirma que el dinero del Estado fue desviado a Rumbos para financiar las campañas del Partido Obrero, podrían verse implicados dirigentes del Frente de Izquierda que participaron en esas elecciones.