ALARMANTE SITUACIÓN EN HAITÍ: MÁS DE 33.000 PERSONAS HUYEN POR LA VIOLENCIA DESCONTROLADA
Desde el 29 de febrero el país enfrenta una de las peores crisis sociales de su historia, que tiene a las pandillas como protagonistas.
Cadáveres en las calles, enfrentamientos armados, y zonas liberadas son parte de la crisis sin precedentes en la que se encuentra Haití, azotada por el hambre y la violencia.
El 29 de febrero de este año, pandillas de criminales se aliaron para tomar control total del territorio, y atacaron la principal cárcel de Puerto Príncipe, la capital del país, donde liberaron a cerca de 3.700 presos.
Luego cerraron el aeropuerto, bloquearon las rutas y los puertos, y atacaron comisarías y edificios gubernamentales.
Producto de esta situación, más de 33.000 personas huyeron de la capital haitiana según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Mientras tanto, las pandillas continúan su avanzada saqueando casas de familia e instituciones del Estado.
No se conocen aún las cifras oficiales de muertos, pero se calculan en miles, mientras que cerca de 17.000 personas quedaron sin hogar. La mayoría de las personas desplazadas se trasladan a la región Sur, más pacífica en comparación con la capital.
Haití es el país más pobre de América y la violencia paramilitar ha sido una constante entre sus líderes. Entre 1957 y 1986, los dictadores François y Jean-Claude Duvalier impulsaron la milicia Tonton Macoute para reprimir a la población. En 1995, el presidente Jean-Bertrand Aristide prohibió las organizaciones paramilitares y disolvió el Ejército, pero no se desarmaron.
Además, Aristide alentó la creación de grupos armados para contener la insurgencia de exmilitares contra su Gobierno. Como consecuencia, las nuevas pandillas siguieron operando a favor de los partidos, amedrentando a los opositores o influyendo en las elecciones. En los últimos meses estos grupos ganaron autonomía y centraron sus negocios en la extorsión y los secuestros.
