DIVISIÓN ANTITERRORISMO, UN AREA «FANTASMA» EN LA POLICIA DEL CHACO DEDICADA AL BENEFICIO ECONÓMICO
Durante los últimos años, una gran cantidad de agentes pertenecieron a una División policial en la provincia que prácticamente no cumplía funciones y que les otorgaba un salario adicional superior al de los efectivos «de la calle». Este viernes, la nueva cúpula policial la llevó al «mínimo». Los detalles acerca del área que funcionaba «a dedo» y que respondía a un cargo político
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La Policía del Chaco reestructuró divisiones tras la asunción de la nueva cúpula y salió así a la luz la existencia de una división dedicada al Antiterrorismo que contaba con una superpoblación de agentes que no cumplían tareas operativas y que cobraban un salario bonificado incluso mayor al del policía de comisaría.
Se trata de la División Antiterrorismo, creada durante los últimos dos años durante la jefatura de Ariel Acuña según afirmaron las nuevas autoridades, bajo el objetivo de recabar información sobre la presencia de alguna célula terrorista en la provincia, o prevenir atentados. Los agentes que pertenecían a esta división eran asignados únicamente por el jefe de Policía, y dependían de las órdenes del entonces subsecretario de Inteligencia Criminal -quien obedecía al Ministerio de Seguridad-, el comisario general Javier Chávez Strusiat.
El nuevo jefe policial, Fernando Romero, señaló a Diario Chaco que una división en la Policía del Chaco está integrada, en promedio, por 40 agentes. Sin embargo, la División Antiterrorismo, que no cumplía con tareas operativas y tampoco administrativas, contaba con una superpoblación: «Eran aproximadamente entre 80 o 100 efectivos», dijo Romero.
La justificación de esta cantidad de agentes en una división que prácticamente no tenía funciones en la provincia debido a la escasa -o nula- presencia terrorista se debió, en palabras de Romero, a que la División les otorgaba a sus miembros un «beneficio económico».
«Esa unidad tiene un adicional que los policías de comisaría, por ejemplo, no cobran. Por eso la mayoría iba ahí. Esa unidad se crea con esos fines, con el del beneficio económico. Se le asignó un beneficio superior al de las comisarías, y por eso la gente pide ir ahí», explicó Romero. Este adicional según pudo confirmar este medio en base a ex trabajadores era del 102% en concepto de «zona por riesgo», y dependía de la jerarquía de cada agente: a mayor rango, menor adicional por reducirse la exposición al terrorismo. Se trata de un ítem que, a fin de cuentas, rondaría los $ 50 mil pesos extra .
Los agentes de esta División reportaban al subsecretario Strusiat, quien en definitiva respondía a las órdenes de la ministra de Seguridad de la gestión anterior, Gloria Zalazar. «Cumplían tareas no operativas, de prevención del delito. Recababan información. Pero eso tranquilamente lo haces con poca gente», reconoció Romero a Diario Chaco .
Uno de los policías que trabajó en la División Antiterrorismo dio detalles a Diario Chaco acerca de cómo era la realidad del área. Optó por mantener el anonimato, y señaló que en la lista de la División figuraban, al menos hasta hace tiempo atrás y en un peor augurio de lo afirmado por Romero, «entre 180 o 280 agentes» de los cuales sólo un grupo menor de 10 personas realmente cumplía con tareas dedicadas al antiterrorismo.
«Todos figuraban en antiterrorismo pero, del total, 80 -aproximadamente- estaban repartidos en distintas divisiones que comprenden a la División de Inteligencia Criminal. Es decir, todos figuraban por la zona -el adicional- en antiterrorismo, pero trabajaban para otras divisiones de lo que comprende a Inteligencia. Eran puestos a dedo», dijo la fuente.
Consultado acerca de cómo era la labor del día a día, y cuáles eran las tareas que debían reportar a Strusiat, el agente indicó: «Todo pasaba por Strusiat, de todas las Divisiones. Avisábamos que estábamos vivos nomas. Teníamos que avisar en qué estábamos trabajando y qué es lo que estábamos haciendo». El grupo reducido de agentes que trabajaba dedicadamente al objetivo de la División no era suficiente, a pesar de que, mencionó, en la lista figuraban por aquel entonces al menos 160 efectivos más.
«Un agente en Antiterrorismo cobra el doble de lo que cobra un agente común. Si un agente común cobra 44 mil -concepto básico-, la gente de Antiterrorismo cobra 50 mil pesos más. Y a eso sumale todos los ítems de lo que conlleva el sueldo real de un agente», precisó la fuente sobre el beneficio de pertenecer a esta División.
El pasado martes 12 de diciembre, Fernando Romero asumió la responsabilidad de la institución. Trabaja mancomunadamente desde entonces con el nuevo ministro de Seguridad, Hugo Matkovich, y recibió la orden específica del gobernador Leandro Zdero de llevar más policías a la calle y optimizar los recursos humanos.
En este sentido, e interiorizado de la falta de actividad de la División Antiterrorismo y otras áreas que no cumplían tareas operativas pero los agentes sí recibían los beneficios económicos, ordenó llevar adelante una reestructuración del personal.
Así las cosas, y según admitió a este medio, removió a por lo menos la mitad de los efectivos que pertenecían a la División Antiterrorismo y los ubicó en divisiones que operan «en la calle, en la primera línea de combate».
«La idea es contar con la mayor cantidad de uniformados convencionales para la tarea preventiva. Se sacó gente de esa unidad. Es importante, pero no reviste mucha oportunidad para la competencia que tiene. Como hay tanta gente ahí, empezamos a optimizar los recursos. Vamos a sacar a muchas unidades también, pero no se trata de extinguirlas», aclaró.
La División Antiterrorismo no fue la única que tuvo modificaciones. Había agentes policiales que integraban otras áreas, pero como no cumplían con tareas operativas o de relevancia, también fueron trasladados.
Romero indicó que la idea no es eliminar las divisiones, sino más bien reducir aquellas no urgentes a lo «mínimo e indispensable». El antiterrorismo en la provincia, resalta el policía en off, es importante debido a que Chaco es «una provincia de paso» e incluso hay presencia de sectas en provincias vecinas.
De derecha a izquierda: el jefe de Policía, Fernando Romero; gobernador Leandro Zdero y el ministro de Seguridad, Hugo Matkovich durante la jura de la nueva cúpula el pasado 12 de diciembre
«Si o si tenes que tener antiterrorismo. Nunca pasa, y nunca pasó, pero el día de mañana va a pasar algo por cómo estamos viviendo. Acá en Chaco se agarró el carbón blanco, que tenía conexiones con Suiza y España. Todo eso también es terrorismo. El narcotráfico está muy ligado. Por droga cambian armas, cambian cosas. Es un estudio muy amplio y muy delicado, pero con los que trabajábamos en verdad, no alcanzaba», dijo el agente.
La nueva Policía del Chaco tiene por determinación subsanar estas falencias operativas, y trasladar la mayor cantidad de efectivos posibles a las calles de la provincia para lidiar con la inseguridad desde cerca. La reorganización de las Divisiones demuestra ser uno de los primeros pasos para continuar con este camino y alinear a la institución con el eslogan de Leandro Zdero, cuando repite: «Queremos funcionarios de territorio, no de escritorio».