JUICIO AL “HOMBRE GATO”: DOS PSICÓLOGOS DIJERON QUE TIENE “TRASTORNO DELIRANTE”
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En el marco del juicio a Gil Pereg, quien en enero de 2019 mató a su madre y a su tía y es apodado el “hombre gato”, dos profesionales de salud mental sostuvieron hoy que el acusado pudo haber cometido los asesinatos “motivado por un delirio”.
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El psicólogo de parte, Carlos Guillermo Messina, propuesto por la defensa del imputado, declaró hoy ante el jurado por el crimen de Pyrhia Saroussy, de 63 años, y de Lily Pereg, de 54, cuyos cadáveres fueron encontrados enterrados en el predio donde vivía Gil Pereg en la localidad mendocina de Guaymallén. Messina consideró “probable” que Pereg las haya asesinado “motivado por un delirio”.
A partir de esa evaluación, los defensores del acusado plantearon en el alegato de inicio de juicio que a quien llaman el “Hombre gato” debe ser declarado inimputable. La semana pasada, Pereg, a la hora de presentarse en el juicio, se limitó a maullar por lo que suspendieron su declaración.
Sin la presencia del acusado en la sala de audiencias, el psicólogo de parte relató que realizó una serie de entrevistas a Pereg entre febrero y marzo de 2019 y explicó que, si bien “es probable” que haya cometido los homicidios, “no se puede tener la certeza” de que entendió la criminalidad de sus actos.
“Es complejo determinar la compresión de la criminalidad del acto en el momento del hecho en cuadros psicóticos debido a que pueden tener intervalos lúcidos y porque este tipo de patologías fluctúan mucho”, dijo el profesional ante la jueza técnica María Laura Guajardo y el fiscal Fernando Guzzo.
“Es probable que haya actuado motivado por un delirio, pero no se puede tener la certeza absoluta”, agregó e indicó que lo entrevistó tiempo después del hecho y ya medicado con antipsicóticos.
Además, Messina remarcó que el acusado “tiene una enfermedad mental” y destacó que “comenzó a tener conductas que lo alejaron de la realidad”, por lo que “si se lo enfrenta en el delirio, pudo haber tenido conductas violentas con el propósito de sostener ese delirio, al punto tal de matar a alguien”.
Por otra parte, advirtió que el imputado “es una persona peligrosa”, que “el tema de los gatos es el núcleo de su delirio paranoico”, y que “el contexto de encierro [en un penal] no es un ámbito para un paciente psiquiátrico pues no puede estar sin tratamiento”.
La opinión de la psicóloga tratante

Gil Pereg en 2019, cuando aún no habían sido encontrados los cadáveres de su madre y de su tía, y ayer, en la audiencia del juicio en su contra
Posteriormente declaró la psicóloga Jimena Rivas, del Hospital Psiquiátrico El Sauce, donde está alojado Pereg, quien se entrevista con el imputado de lunes a vienes, entre una y dos horas diarias.
La psicóloga indicó que el diagnóstico de Pereg es “un trastorno delirante crónico que consiste en un delirio generalizado”, explicó la profesional. Además, agregó que el imputado “tiene una estructura psicótica que puede alterar por momentos el juicio de la realidad”.
Rivas, quien atiende a Pereg desde octubre del año pasado, cuando fue trasladado al centro asistencial, resaltó que “si le tocan los núcleos delirantes, él puede responder de manera violenta”.
La psicóloga contó detalles de las entrevistas que tuvo con Pereg e indicó que su desarrollo infantil no fue normal, no tenía interacción social y “solo confiaba en su abuela y su mamá”, ya que “eran los únicos vínculos con los que se sentía protegido”.
En tanto, la oficial de la División Búsqueda de Personas de la Policía provincial, Silvina Andrea Campos, declaró hoy que intervino en el hecho tras recibir la denuncia de paradero.
“Nos parecía rara la denuncia por la experiencia que uno tiene en búsqueda de personas e inmediatamente fuimos al lugar. A mí me pareció súper raro, lo veía sospechoso”, relató e indicó que en la parte de afuera del predio de Pereg “había palos con gatos disecados” y estaba “todo sucio”.
“El tenía la mirada fija en la construcción donde luego encontramos los cuerpos, era por su mirada que me dije ´acá hay algo´”, relató la mujer.
Los cuerpos de Saroussy y de Lily Pereg fueron encontrados el 26 de enero de 2019 enterrados en el fondo del predio casi abandonado propiedad del único imputado, ubicado en calle Julio Argentino Roca 6079, de Guaymallén.
La semana pasada, uno de los abogados de Pereg, Maximiliano Legrand, aseguraba: “La persona [por el acusado] se fue degradando con el tiempo. Vivía con 37 gatos a los que llamaba hijos y eso era parte de su delirio. Vivía en condiciones de higiene infrahumanas. No se sentía humano, siempre se consideró gato”.
Fuente: La Nación