Jue. Dic 11th, 2025

HABLÓ LA INSPECTORA AGREDIDA: «ESTOY TRAUMATIZADA, ME PEGÓ EN LA CARA Y ME DECÍA ‘¿QUIÉN SOS VOS?'»

«Me molesta el casco, no veo nada con eso puesto», «no quiero usarlo», «me olvidé», son algunas de las excusas que Erica S. de 43 años escucha hace 7 años, desde que comenzó a desempeñarse como inspectora de Tránsito. Hasta ayer, jamás protagonizó un hecho de violencia como el que sufrió este viernes en la calle Santa Fe, en pleno centro de Resistencia.

La inspectora agredida dialogó con Diario Chaco y contó lo que le ocurrió. Aseguró que es la primera vez que algo así le ocurre, describió la agresividad del conductor «rebelde» y hasta lamentó no sentirse acompañada por sus superiores.

«No dormí casi en toda la noche de los nervios, dormí poco. Estoy traumatizada, con nervios, con mucho miedo. Me da mucha bronca porque al hombre no lo llevaron preso, él agarró su auto y se fue como si nada. No se hicieron cargo porque la Policía me dijo que ellos no vieron lo que pasó. ¿Me tenían que matar? ¿meter una apuñalada? ¿algo más grave? para que ellos reaccionen», apuntó la trabajadora municipal.

Erica, quien ya realizó una denuncia penal, adelantó que asistirá a fiscalía y también denunciará al conductor por violencia de género.

QUÉ PASÓ

«Yo estaba haciendo mi tarea cotidiana desde las 6 de la mañana. Marqué mi entrada como siempre en Tránsito, firmé mi zona asignada que era la calle Santa Fe del 0 al 200. Básicamente tenía que despejar vehículos de la mano izquierda, que ahí no se puede estacionar y menos cuando está cortada la Mitre«, dijo la inspectora y añadió que frente a la farmacia de la altura 200 de la calle citada, comenzó a hacer prevención tocando silbato y pidiendo a los conductores que no estacionen.

«Señor por favor ¿puede circular? Por favor señor no me comprometa, pasa mi jefa y me llama la atención», contó la trabajadora que fue lo primero que le dijo al conductor. Fueron tres veces las que ella le llamó la atención al hombre, quien -según el relato de la denunciante- no tenía las balizas encendidas, tenía el motor apagado y no cumplió ninguna de las solicitudes por más de 15 minutos.

En uno de los pedidos, Erica comenzó a ser agredida. «Me empezó a insultar desde su vehículo. Estaba solo. ´Por qué mierda no te vas y le corrés a los piqueteros hijos de p.. que están ahí´», reclamó el conductor. Allí la inspectora le explicó cuáles son las facultades, mientras que el hombre insistía: «No me voy a ir, ¿quién p.. sos vos?».

El último pedido que realizó la trabajadora derivó en el aviso de una multa, algo que el conductor habría aceptado desafiante desde su auto. Mientras confeccionaba el acta, comenzó la agresión física. 

«El hombre me pegó un empujón, me empuja la carpeta y la pego sobre mi pecho. Le pedí que no me toque por favor y me respondió ´¿qué no me toqués? la con.. de tu madre´ y ahí me pegó una piña en el pómulo izquierdo. Me duele el hueso, se me hinchó ayer pero no se me hizo morado. En ese momento caí para atrás y ahí viene su esposa y me agarra de los pelos. Pude levantarme rápido, agarré mi carpeta y ahí me empieza a amenazar», relató.

El conductor esperaba a su esposa y a su suegra, quien en ese momento de infracción se encontraban en la farmacia. Cuando él comenzó la agresión física, del comercio salió su esposa que lejos de calmar la situación comenzó a violentar a Erica. Esto según la versión de la denunciante.

Mientras las amenazas seguían y al haberse levantado de la vereda, la víctima corrió hasta la esquina a pedir la ayuda de policías. «En eso me agarra otra vez de los pelos y me lleva hasta el auto. El policía vino y miraba, ´por favor hacé algo´, le decía. Me sacó un puñado de pelos que yo ahora tengo guardado. El policía no podía tocar a la mujer, lo que hacía era tratar de separar, de abrirle las manos», indicó.

RECLAMO

Erica advirtió que «la gente está alterada» y se diferenció de quienes ejercen su labor con «prepotencia» o «desinformación». «Trato bien a la gente, jamás tuve este tipo de problemas. Es la primera vez que me pasa esto. La mayoría de mis compañeros le hablan bien a la gente, pero nadie quiere que le digan lo que tienen que hacer y más cuando hay multas de por medio», relató.

«Por dos o tres que hablan mal pagamos todos. Somos odiados por la sociedad porque hay gente que no quiere andar en regla, no quieren que le digan circulá, estacioná bien, usá casco», siguió.

Sobre su labor diaria, la trabajadora municipal dijo sentirse «desprotejida» y recordó que hace un tiempo, los inspectores solicitaron trabajar de a dos en las zonas asignadas. Los controles que se realizan a los trabadores son -advierte- para controlar su desempeño, que cumplan sus funciones o el uso del baño pero no para este tipo de situaciones.

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