“El delito se mantiene, pero la violencia aumenta. Hay menos hechos, pero más brutales”, alertó con preocupación el comisario Fernando Romero, jefe de la Policía del Chaco, a la par que detalló los recientes y alarmantes casos de extrema violencia en la provincia.

Dos ataques a policías conmocionaron a la fuerza en menos de 48 horas. “En avenida Lavalle, dos motochorros le robaron el teléfono y la moto a punta de pistola a uno de nuestros efectivos, a pesar de que se identificó como policía e hizo disparos al aire”, relató Romero. El segundo caso fue aún más grave: “En Barranqueras, un colega federal tuvo que dispararle a un delincuente que seguía amenazándolo después de identificarse. Le dio en la pierna y en la mano donde portaba el arma. No quedó otra opción”.

Pero el operativo más impactante fue el antidrogas. “En el peaje de Makallé, el can Lulú detectó estupefacientes en dos mujeres. Al revisarlas, encontramos 8 kilos de cocaína envueltos en su ropa, principalmente en tobillos y cintura”, explicó el comisario. La escena se tornó dramática: “Lo más grave es que una de ellas tenía un bebé de tres meses en brazos. El niño fue entregado a la línea 102 por orden judicial”.

A la par, Romero cuestionó las estadísticas oficiales: “Por ahí los números son números y la sensación que uno tiene como uniformado en la calle es otra. Sabemos que está complicado. Todos los días nos enfrentamos a situaciones límite”. Y agregó: “Tal vez tengamos menos hechos, pero son más violentos que antes. Eso sí le puedo asegurar”.

El jefe policial destacó otros grandes golpes al narcotráfico: “En septiembre decomisamos 89 kilos de cocaína en Comandancia Frías, el secuestro histórico en la provincia”, recordó. Pero insistió en la gravedad del presente: “Cada operativo muestra que los criminales son más audaces y violentos. Cuando atacan a policías armados o usan bebés como escudo, queda claro que no tienen límites”.