Vie. Jun 28th, 2024

MATÍAS BENICELLI ACUSÓ A THOMSEN DE LIDERAR UN «PELOTÓN DE FUSILAMIENTO» Y SE DESPEGÓ DEL HOMICIDIO

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Días después de que Máximo Thomsen, uno de los condenados a perpetua por el crimen de Fernando Báez Sosa, diera una entrevista a Telenoche para defenderse, otro de los involucrados, Matías Benicelli, decidió hablar públicamente.

En una carta divulgada por el periodista Diego Estevez (A24), Benicelli sostiene que no fue parte del «pelotón de fusilamiento que a patadas segó la vida de Fernando» y sugiere que Thomsen lideraba al grupo que «salía a buscar peleas» para «jactarse de supuestas hazañas».

Benicelli negó rotundamente su participación directa en el asesinato, afirmando: «Nunca fui parte de un pelotón de fusilamiento que a patadas segó la vida de Fernando». En su carta, además de distanciarse de Thomsen, quien había señalado a sus compañeros como partícipes de la golpiza mortal, Benicelli pidió perdón «de todo corazón en nombre de todos los que causaron su trágica desaparición».

Thomsen, en su aparición pública, había nombrado a Benicelli, Blas Cinalli, Ciro Pertossi y Enzo Comelli como protagonistas de la agresión que llevó a la muerte de Báez Sosa. Thomsen intentó sacudirse la caracterización de líder del grupo, pero Benicelli contrarresta esta versión al señalar que no formó parte de las peleas que Thomsen lideraba.

Benicelli y Thomsen, junto a Ciro Pertossi, Enzo Comelli y Luciano Pertossi, fueron condenados a cadena perpetua. Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi recibieron condenas de 15 años como partícipes secundarios.

En un emotivo párrafo de su carta, Benicelli pidió la «misericordia de Dios» para que «les devuelva la paz» y «imparta Justicia». Solicitó que «la muerte de Fernando sea recordada como la de un mártir, que ofrendó todo cuanto tenía, su vida» y que este caso sirva para erradicar la violencia de todos los lugares «donde se reúnen los jóvenes para festejar la vida y no para invocar la muerte».

Benicelli, junto con Thomsen, cambió recientemente de abogado debido a su descontento con la defensa de Hugo Tomei. Ahora, Benicelli está asesorado por Carlos Attias, mientras que Thomsen tiene como abogado a Francisco Oneto, ambos buscando reducir sus condenas.

Durante el juicio, el fiscal Juan Manuel Dávila señaló que Benicelli «tuvo el codominio del hecho», argumentando que tuvo la capacidad de detener el ataque, pero no lo hizo. Una de las pruebas fundamentales fue «el hallazgo de sangre en la que se detectó el perfil genético de la víctima en todas las prendas que vestía el encausado aquella noche», demostrando contacto directo con el cuerpo de Fernando Báez Sosa.

Benicelli fue quien abrió la puerta a la Policía a las 10.30 del sábado 18 de enero, horas después del crimen, cuando se ordenó la detención del grupo de rugbiers de Zárate en el alojamiento donde se encontraban. Además, un testigo lo ubicó como «agresor directo» de Fernando y otro testimonio lo vio «agrediendo también a un amigo».

LA CARTA COMPLETA QUE MATÍAS BENICELLI MANDÓ A UN PERIODISTA

Querido Diego. Te agradezco la posibilidad de decir los que no puedo, porque no tengo medios más que lo que escribo, para que sepas que siento más la muerte de Fernando que mi propia existencia. Y no hay palabras para decir el dolor que me causa su ausencia. Sin el consuelo de su presencia en este mundo, solo me queda la esperanza de que esté junto a Dios iluminándonos el camino.

Tengo una hermana mayor que es preciosa y un hermano menor de 17 años a quienes quiero y extraño cada día, una mamá amorosa y un padre que es mi ejemplo de trabajo, de esfuerzo y de dignidad de vida. Con ellos aprendí el valor de la familia, a creer en Dios y a sostener valores que hoy, más que nunca, me sostienen en la prisión en la que estoy.

Nunca fui parte de un pelotón de fusilamiento que a patadas segó la vida de Fernando. Ni fui uno de los que salían a buscar peleas por Zárate con otros grupos para jactarme de esas supuestas hazañas. Estuve en el lugar y momento equivocado. Porque fui de vacaciones a Villa Gesell con un grupo de 9 personas. Y las causas que no justifico y los actos de algunos que nunca terminé de entender, terminaron absurdamente con una vida de un adolescente de 20 años. La misma edad que yo tenía. Por eso entiendo a los jueces que me condenaron y sobre todo comprendo y justifico a los padres de Fernando. Porque ellos creen que todos los que estuvimos aquella noche fuimos sus asesinos.

Pedir perdón parece una hipocresía, cuando no sale directo desde el corazón. San Francisco decía, es preciso amar para ser amado, perdonar, para ser perdonado. Yo sé que no maté a Fernando, pero pido perdón de todo corazón en nombre de todos los que causaron su trágica desaparición.

Mi solidaridad y mi amor está con los padres de Fernando, como está también con mi familia.

Me resta la esperanza de que la misericordia de Dios, nos devuelva la paz e imparta una justicia donde los hombres no alcanzan. Y que la muerte de Fernando sea recordada como la de un mártir, que ofrendó todo cuanto tenía, su vida. para que la violencia sea erradicada para siempre de todos los lugares, públicos y privados donde se reúnen los jóvenes para festejar la vida y no para invocar la muerte.

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