
LA LLUVIA DE METEORITOS MÁS GRANDE DE LATINOAMÉRICA, SUCEDIÓ EN CHACO Y EN LA VECINA PROVINCIA DE SANTIAGO DEL ESTERO
Se dice que hace más de 4mil años ocurrió una lluvia de meteoritos en la gran zona que se conoce como «Campo del Cielo», en el Sudoeste Chaqueño, al límite con Santiago del Estero, específicamente en la localidad de Gancedo.
En el lugar hay trozos de estrellas (recuerda cómo se forma un planeta) que se pueden ver, tocar, estudiar y forman parte del patrimonio de nuestro Chaco.
Somos ricos, sí, muy ricos. Pero no hablo de dinero, hablo de que tenemos un fragmento del cosmos al alcance de nuestras manos. Así que
los chaqueños tenemos un valuarte, un tesoro del cielo que ojalá todos aprendiéramos a quererlo y valorarlo como tal. Todos tenemos que CUIDAR y defender con uñas y dientes algo que es parte de nuestra historia.
Así que, sin más preámbulos, dejaré mi aporte compartiendo información de varios artículos, para que conozcan lo que hay en un rinconcito de la Argentina, y para muchos, aun, desconocido donde se encuentran el segundo y tercer fragmentos del cielo, más grandes del mundo.
¿POR QUÉ CAMPO DEL CIELO?
El nombre de Campo del Cielo proviene de la lengua qom (toba), por lo cual se lo reconoce además como Reserva Natural Piguem N’Onaxa. Los vecinos más próximos, habitantes del municipio de Gancedo, le dicen también Parque de los Meteoritos, a este predio que ocupa 27 hectáreas en el sudoeste chaqueño, a 350 kilómetros de Resistencia, nuestra ciudad capital.
Campo del Cielo, le pusieron los indígenas ya que vieron la lluvia de meteoritos caer y decían que estos fragmentos eran una manera de tener el cielo en la tierra y así poder hacer sus peticiones o rituales
El Parque temático se extiende sobre unas 100 hectáreas. El predio ya tiene categoría de Parque Nacional.
Desde 1923 y año tras año, se descubrieron en Campo del Cielo fragmentos de meteoritos metálico de distinto peso, compuestos en más del 90 por ciento por hierro, con porcentajes pequeños de níquel, cobalto, fósforo, galio, germanio e iridio.
El descubrimiento más sobresaliente sucedió en 1969, cuando un habitante de la zona se topó con un enorme cráter que luego fue investigado por científicos del lugar. Esa fue la primera ocasión en que el geólogo Cassidy viajó a Chaco, enviado por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa), para colaborar con las excavaciones. Finalmente, el grupo logró desenterrar en 1980un gran meteorito de hierro, de 28 toneladas, al que llamaron «El Chaco».
El último gran hallazgo fue el del meteorito Gancedo (bautizado con el nombre del distrito más cercano a Campo del Cielo) en 2016. Es un ejemplar de más de 30 toneladas que, junto con «El Chaco» se ubican entre los más grandes exhibidos en el planeta. Un ranking que encabeza el Hoba, encontrado en Namibia (África) en 1920, de 66 toneladas y también compuesto por hierro en su mayor parte.
Algunos dicen que esta lluvia acabó con la vida de personas, fauna y flora que se encontraba ahí en ese momento. La etnia moqoit (mocoví) desde entonces explica de generación en generación esa tormenta de meteoritos. Los tobas también presenciaron este cataclismo proveniente del cosmos junto a los nómadas guaycurú.
Al principio los españoles mandaban expediciones militares porque pensaban que era una mina de plata que se extendía hasta los andes. Pero cuando llegaron, vieron el material de los fragmentos no era dicho metal y abandonan las expediciones.
¿DE DÓNDE VIENEN LOS METEORITOS DE CAMPO DEL CIELO?
Los meteoritos provenían del Cinturón de Asteroides entre Marte y Júpiter.
Son asteroides que han estado orbitando alrededor del Sol durante millones de años, como material primitivo en la formación del Sistema Solar. (Lean esto… lo importante que es tener en suelo chaqueño estos fragmentos)
Al tocarlos, tocamos el material inalterado con el que se formó nuestro Sistema Solar. Por eso es importante cuidarlos.
En el Chaco está la historia del universo. Estos fragmentos tienen miles de millones de años. Estos fragmentos IBAN A SER UN PLANETA, y quién sabe, quizás como la tierra. Pero la gravedad del planeta masivo Júpiter hizo que estos trozos no se puedan unir y queden orbitando en una zona llamada cinturón de asteroides.
¿CÓMO OCURRIÓ LA CAÍDA DE LOS CUERPOS?
Un estudio sugiere que un meteoroide padre entró a la atmósfera terrestre en una órbita muy llana y se fragmentó resultado de una gran explosión de 840mil kilogramos, a gran altura, en la atmósfera terrestre, en uno o más desmembramientos violentos.
Este meteoroide se acercó con dirección a «Campo del Cielo», en una órbita aproximadamente de 40° de inclinación. Cientos de trozos de metal se dispersan así en el lugar.
Se puede apreciar, entonces, pocos cráteres importantes.
Durante un tiempo, en Europa no creían que eran restos de un meteorito. Hasta que se demostró lo contrario. Además no hay en la región ninguna estructura rocosa emergente de la superficiey, a excepción de los meteoritos, no existen virtualmente fragmentos de mineral más grande que los granos de arena., ya que el suelo está compuesto por arena muy fina, arcilla, caliche (costra de carbonato que recubre una piedra), y algo de humus. Imposible que existan rocas terrestres, en condiciones así de suelo (para aclarar sobre lo que pensaban en Europa).
Campo del cielo es el único parque de meteoritos del mundo en los que estos están a CIELO ABIERTO. En el Parque están localizados meteoritos de distintos tamaños y cada uno tiene un nombre propio. Hay más de 300 piezas rescatadas. Serían más, pero se las robaron a lo largo de la historia.

EL INTENTO DE ROBO
Hace años atrás, un americano, de apellido Higg, intentó llevarse el meteorito de 37 toneladas, imaginamos que habiendo sobornado a varios guardas u otras personas. Un chaqueño llamado «Ruben» pudo advertir al control policial y descubrieron el meteorito escondido en un camión gigante y que finalmente fue devuelto al lugar que le correspondía, en el Chaco.
Otro robo de importantes piezas también se frustró. Los fragmentos eran llevados hacia Paraguay.
Actualmente, existe una ley que protege los cuerpos celestes que están en territorio chaqueño que surgió luego del frustrado intento de robo hacia Norteamérica.
Ya hay descubiertas y recuperadas aproximadamente unas 150 de las 400 toneladas de fragmentos de meteoritos de diversos tamaños que tocaron suelo en las actuales provincias de Chaco y Santiago del Estero, y las actividades futuras llevarán a la extracción, seguramente de otros cientos de toneladas de objetos celestes.

PARTE MÍSTICA DE LA HISTORIA
Los pueblos originarios qom y mocovíes, por ejemplo, tienen mitos atribuibles a esta catástrofe: tremendas inundaciones de fuego que arrasaron todo a su paso, nativas convertidas en guasunchos por mirar la tierra quemada, nativos que se arrojan al agua para salvarse y se convierten en yacarés, etc.
Otros aborigenes lo que hacían era rendir culto en forma insubstancial e indefinida, según su tradición a su dios el Sol; personificándolo en esa misteriosa masa de hierro, que la creían desprendida del grandioso astro.
Otros creían en la transfiguración del meteorito, cierto día del año, en un maravilloso árbol que se encendía a los primeros rayos solares, de luces con irisaciones radiosas y brillantes; que tañía como cien campanas, llenando de sonidos metálicos y resonancias melodiosas el espacio, la llanura y la selva, y que, ante la magnificencia del árbol refulgente, la naturaleza toda, se inclinaba en reverencia y adoración al Sol.

También se habla del famoso «mesón de fierro» del que hay testimonios de haberlo visto pero nunca encontrado ya que no existen coordenadas exactas. Los primeros que tuvieron noticias fueron conquistadores españoles y que dio lugar a la exploración de la zona. Ninguna expedición pudo volver a encontrarlo desde el año 1783.
Los aborígenes del lugar bebían agua en una laguna que llamaban «pozo del cielo». Algunos más aventurados en el tema, piensan que esa laguna se formo por el impacto de la gran pieza, que formó un cráter y que bajo ella estaría el metal que todos buscan. De ser así, podría el Chaco nuevamente posicionar en el ránking mundial una nueva gran pieza, destronando al «Gancedo».
Los habitantes originarios de esta zona le rendían culto a estas “gotas de sudor del sol”, así d decían al meteorito y también aprovecharon sus bondades para hacer puntas de lanzas y flechas de hierro. Cuando los españoles vieron este metal en las armas enemigas, no se quisieron quedar afuera. Se dieron cuenta que era un metal precioso venido del espacio.
¿DE DÓNDE HABÍA SALIDO LA HISTORIA DEL MESÓN DE FIERRO?
Se dice que en 1575 mandaron a Hernán Mexia de Miraval a explorar la zona en busca de lo que suponían era una mina que podrían explotar. Lo que encontró fue “una nación de indios chiriguanales que comían carne humana” y una gran roca de color grisáceo al que extrañamente le rendían culto y que brillaba al sol. Toma unas muestras y se retira.
La cosa no quedó ahí y 200 años después, el jesuita Martín Dobrizhoffer, antes de 1767, cuenta que escuchó que “a 80 leguas de la ciudad, hacia el Chaco, existe en alguna parte una mesa o un tronco de árbol que semeja al hierro, pero que bajo el resplandor del Sol reluce como plata”. Al que los indígenas de la zona le adoran y consideran que es un lugar sagrado para comunicarse con el cielo.
En 1774, el militar Bartolomé Francisco Maguna, al frente de un grupo de soldados y peones, se movilizó desde Santiago del Estero. Encontró “una gran barra o planchón” calculándole unas 25 toneladas de peso o quizás más. Extrajo 2 kilos para muestras y lo bautizó finalmente MESÓN DE FIERRO.
Maguna manda a analizar las muestras a Madrid, España. El resultado: “una quinta parte de plata y el resto fierro de extraordinaria pureza”. Dos años después vuelve al Mesón, saca más muestras, hace un plano “de la situación, circunstancia, anexidades y figura.”
Luego de Maguna, en 1779 el virrey Cevallos manda hasta el lugar a Francisco de Ibarra para extraer la mayor cantidad posible de material. Melchor Miguel Costas, miembro de esa expedición, toma las medidas de la masa: tenía 3,52 metros de largo, 1,85 de ancho y 1,19 de altura.
Algunos ayudantes cavaron el contorno buscándole “las raíces”, desistiendo de la tarea por inútil y después de mechar 15 cortafierros y 2 hachas, llevándose poco menos de 3 kilos. Tuvieron la impresión de que la mole continuaba hasta mucha profundidad. Mandaron las muestras y “Este hierro es precioso por sus cualidades naturales; su color es más blanco que el artificial, dócil y maleable al martillo, y no pierde su flogisto por estar perfectamente combinado con el azufre”. Todo un piropo para esta supuesta mina.
En 1783 y tras las órdenes de la corona, el virrey Vértiz manda a Miguel Rubín de Celis con la expedición más numerosa: 200 soldados y 500 reses para aclarar definitivamente las discusiones sobre si es una mina, la parte superior de una montaña enterrada o una piedra aislada.
Siguiendo la ruta de Francisco de Ibarra… no encontraron nada. Después de preguntarle a los lugareños pudieron llegar al Mesón y armaron todo un operativo: que esta gente corte troncos y arme un fuerte, que esta otra gente haga pozos, que estos saquen trozos a martillazos.
Y así estuvieron dándole martillazos a ese bruto cascote de metal, sacando un kilo y medio por día y rompiendo todas las herramientas, sacando medidas, anotando de una vez por todas y con coordenadas a donde estaban ubicados. Pero las nuevas coordenadas tampoco estaban bien.
Y ahora viene mi parte favorita: después de tanto joder con los pozos palanquearon, LO DIERON VUELTA Y SE LES CAYO ADENTRO DE UNO. Y no contentos con esto pusieron CARGAS DE PÓLVORA PARA HACER VOLAR TODO. No entiendo que quería lograr Rubin de Celis con esta jugada.
Y así el Mesón de Fierro terminó enterrado en alguna parte de Chaco, con coordenadas imprecisas, olvidado y no reconocido como meteorito porque según los señoritos que manejaban la Academia de Ciencias en París LOS METEORITOS NO EXISTÍAN. No, no existían rocas caídas del espacio.
Hasta la actualidad es todo un misterio la ubicación exacta de esta gran pieza de metal. Y gracias a las casualidades del destino, menos mal que NUNCA ENCONTRARON EL MESON DE FIERRO, sino esto lo llevarían a Europa y nunca más sabríamos de él.
Es mejor que quede esto como una parte mística de la historia de Campo del Cielo.
¿CUÁNTOS CRÁTERES HAY?

26 son los cráteres documentados de la zona de Campo del Cielo.
Dada la espesura del bosque virgen, no se descarta la localización futura de otros de tamaños similares.
Todos los cráteres fueron numerados y algunos poseen nombre propio.
Los más destacados son:
*La Cañada: irregular y pequeño. Es un cráter de impacto
*Rubín de Celis: el más profundo (>5.5m.) Es un cráter de explosión
*Laguna Negra: el más extenso ( ~75m. de diámetro en su piso), pero muy poco profundo, también de explosión
*Aislado o La Negra: es el que presenta en su fondo el área mayor. Es un cráter de penetración
*Carmen Sosa: Cráter de Impacto
*La Perdida: del cual se extrajeron dos piezas meteóricas de gran tamaño. Cráter de Penetración.
*Raúl Gómez: de él se extrajo el meteorito El Chaco, el más grande de Campo del Cielo. Cráter de Penetración
*La Sorpresa: su área de dispersión se extiende hasta un radio de 400m. desde su centro. Cráter de explosión
*La Victoria: Cráter de penetración
¿CUÁNTOS METEORITOS DESTACADOS HAY?
*Mesón de Fierro , hasta ahora, no encontrado pero sí documentado.
* El Chaco: Es uno de los cinco meteoritos de mayor peso en el mundo. Fue desenterrado recién en la década del 80 por W. Cassidy y su grupo.
*Gancedo: Otro de los cinco meteoritos más grandes del mundo. Desenterrado en 2016
*El Toba: Hexahedrita3 con un peso de 4210kg. y un tamaño de 1.8m. × 1m. × 0.8m.
*El Taco: Hexahedrita de 3090kg. Hoy, luego de sucesivas fragmentaciones, su parte más grande tiene un peso de 1998kg.
*Otumpa: Fue el primer meteorito que se encontró en Campo del Cielo (1803) (sin contar al Mesón de Fierro). Hexahedrita que en el momento de su hallazgo poseía un peso aproximado de 900kg.
*Manuel Santillan Suarez: descubierto en 2007 y de unos 5.680 kilos. Más de 60 pobladores trabajaron en su extracción.
De aquella excavación también se extrajeron 116 fragmentos asociados que en total suman 2.070 kilos.
*Las Víboras (3120kg.)
*Runa Posito (1000kg.)
*Mataco (990kg.)
*Tonocoté (850kg.)
*El Mocoví (732kg.)
*El Avipón (460kg.). Sin denominación existen al menos cuatro especímenes con pesos entre 1600 y 400kg
Cientos y cientos de piezas pequeñas se suman a este museo a cielo abierto.
PERSONAJES DESTACADOS EN EL DESCUBRIMIENTO
Pueblos originarios Toba, mocoví, Guaycurú. Desde años ancestrales que siempre hablan de esta lluvia cósmica y contaban a los criollos del lugar o a los conquistadores españoles que pasaron por Campo del Cielo.
14 cráteres fueron descubiertos por pobladores locales, de los cuales, 4 fueron los más importantes de la historia del mundo.
Raúl Gómez: Chaqueño. Tendría veinte y pico de años, cuando, como en otras ocasiones, se internó en el monte a cazar iguanas y descubrió un gran bajo o laguna seca. Lo que vendría después sería el descubrimiento más grande de la historia.
Más personas locales como Carmen Sosa, Luis Salas, Chacho Carpio, Luis Salas, Alberto Ríos, Leonardo Cisneros, Sergio Ruiz, Félix Basualdo, Silvano Gómez y Vásquez. Cada uno de ellos descubrió uno o varios cráteres y estos, fueron bautizados con sus nombres.
Don Argentino Febo Romaña, agrimensor trabajando ad honorem desde los años 60.
Cassidy: Geólogo norteamericano, que al mismo tiempo que Gómez, pero distanciados por kilómetros, junto a otros investigadores norteamericanos y argentinos, estudiaban el lugar en cuatro grandes bajos.
¿QUÉ HAY EN EL PARQUE DE ATRACTIVO?
La Reserva tiene cámping, fogones, juegos para niños y un completo Centro de Interpretación, con cine incluido. Y si hay ganas de saber un poco más, nada mejor que conversar con guia del lugar. Porque Campo del Cielo es un paisaje en movimiento permanente: a cada rato se detecta un nuevo cráter, otra pista que seguir.
Terminado el recorrido, se puede ir más allá, a monte abierto a través de unos senderos rurales a conocer los cráteres, como el Rubín de Celis, La Sorpresa, Carmen Sosa, entre otros. Lleven agua para hidratarse y calzados cómodos para caminar. Sombreros , gorras , protector solar. En verano hace mucho calor. Algún repelente para mosquitos.
¿CÓMO PODÉS COLABORAR PARA MANTENER LA HISTORIA VIVA?
Leyendo, compartiendo la historia de Campo del Cielo. Denunciando a quienes se roben piezas.
Si vas de visita, cuidando el lugar (no tirar basura, respetando las cosas que están en el sitio, etc). Hablando con los guías y anotando datos importantes para compartir, luego. Agradeciendoles sus trabajos educativos.
Nunca dejes de hablar del tremendo valuarte de este lugar más importante de Argentina.
Entre todos podemos mantener la historia, sin que nos gane la ignorancia. Y muchos menos permitiendo que sea olvidado y abandonado.
Esto es de todos y a la vez de nadie. Sólo pertenece al cielo, al cosmos y tuvimos la fortuna de que nos caigan aqui.
Abrazos
VAYA UN AGRADECIMIENTO ESPECIAL a todos los chaqueños involucrados en cuidar la riqueza cultural en Campo del Cielo. A otros argentinos, de otras provincias, que aportaron su granito de arena para dar a conocer al mundo este valuarte.
A los extranjeros que vinieron a colaborar para su estudio e investigación
Y a los pueblos originarios que a día de hoy siguen transmitiendo de generación en generación este suceso.
Perdón lo extenso y a la vez sé que falta mas información para ser publicada. Es mi humilde aporte para mantener intacta esta rica historia de nuestro Chaco
SI QUIEREN VER EL DOCUMENTAL , AQUI
ESTO ES UN LLAMADO DE ATENCIÓN A INSTAR A LA PROTECCION DE CAMPO DEL CIELO . A TODAS LA AUTORIDADES QUE LES COMPETE LA TAREA.
Campo del Cielo es el único lugar del mundo donde hay mucho material para ser investigado. Es impresionante la cantidad de cráteres y número de fragmentos. No existe un lugar así en ningún lugar del planeta.