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CARNE 300% MÁS CARA, 12 MILLONES DE CABEZAS MENOS Y 12.000 EMPLEOS PERDIDOS: LAS CONSECUENCIAS DEL CIERRE DE EXPORTACIONES DEL 2006

El entonces presidente Néstor Kirchner implementó la misma medida durante su gestión para intentar bajar los precios en el mercado local. Había sido anunciada por seis meses y se extendió por 10 años. Los resultados fueron el cierre de frigoríficos y la pérdida de entre 10.000 y 12.000 puestos de trabajo.

El Gobierno decidió suspender por 30 días las exportaciones de carne vacuna, una medida orientada a contener la presión sobre los precios que se viene registrando en los últimos meses. La medida que ya fue comunicada al Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas ABC y se hará oficial en las próximas horas tiene antecedentes negativos para el país.

En 2006, el gobierno de Néstor Kirchner estableció la misma medida por 180 días aunque que finalmente se extendió por 10 años. La medida anunciada en ese momento por la ex ministra de Economía Felisa Miceli apuntaba a frenar el alza de los precios de dicho producto en el mercado interno.

Según Andrés Halle, ingeniero agrónomo y consultor, el cierre de exportaciones de carne en 2006 trajo aparejado el cierre de más de cien frigoríficos y la pérdida de entre 10.000 y 12.000 puestos de trabajo. “Por otra parte se contaron por miles la cantidad de productores ganaderos que se fundieron. El stock de hacienda entre marzo del 2006 y marzo del 2011 cayó un 20%, lo que representó una caída de casi 12 millones de cabezas”, destacó Halle en abril en un informe de Econoagro.

El volumen exportado tuvo una caída del 69%, obligando a frigoríficos a cerrar, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo, no permitiendo el desarrollo del sector y afectando el ingreso de divisas al país (Andrés Halle)

Según el ingeniero, “el consumo de carne per cápita pasó de 62 kilos a fines de 2005, a 55,5 kilos promedio en 2011. En términos porcentuales significó una merma del 11,3%”. Asimismo, indicó que “la producción de carne tuvo una caída del 21% entre el 2005 al 2011″. Y agregó que se pasó de un volumen de 3.147.396 toneladas res con hueso a 2.497.896, lo que significó una caída en la faena de casi 3,5 millones de cabezas.

“El volumen exportado tuvo una caída del 69%, obligando a frigoríficos a cerrar, con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo, no permitiendo el desarrollo del sector y afectando el ingreso de divisas al país”, afirmó Halle. Y añadió: “El precio del novillo cayo luego del cierre de exportaciones por un tiempo, para luego (frente a la escasez) pegar un importante salto hacia la suba”.

En tanto, la Sociedad Rural Argentina (SRA) recordó en 2013 el episodio a través de un comunicado de prensa en el que remarcó “acerca de las nefastas consecuencias que la prohibición de exportar y que la constante intervención a los mercados traería para el futuro de la ganadería, para el productor ganadero y para el país, así como para un producto que había representando con creces a la Argentina en los mercados internacionales más exigentes transformándose en un demandado emblema del país a nivel mundial”.

Según los datos más recientes del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, Argentina es el quinto productor y el cuarto exportador mundial de carne vacuna. EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo

Según la SRA, “la brutal liquidación del stock ganadero por un total de 12 millones de cabezas, la desaparición de productores, el cierre de más de 125 frigoríficos, la destrucción de más de 12 mil empleos genuinos y federales, la enorme caída de las exportaciones y el incumplimiento de la Cuota Hilton por quinto año consecutivo”.

La entidad presidida entonces por Miguel Etchevehere señaló en su comunicado que “los argentinos perdimos de ingresar alrededor de 10.000 millones de dólares en divisas desde que se comenzó a implementar la infortunada política que llevó a la quiebra a cientos de criadores de ganado. Y todo esto, en la supuesta defensa de la mesa de los argentinos, pero con graves efectos para los consumidores: una drástica reducción del consumo de carne por habitante y el aumento del precio de la carne al consumidor como consecuencia de la escasez”.

La mirada de los economistas

Juan Ignacio Paolicchi, de la consultora Empiria, afirmó en Twitter: “Cuando se pusieron restricciones a las exportaciones, entre 2006 y 2015, se perdieron 10 millones de cabezas de ganado, la producción cayó un 18% y los precios subieron 300% vs inflación del 200%”. Y agrego que las mismas recetas no llevarán a resultados distintos, “menos luego de emitir 8% del PIB”.

Con estas políticas el Estado destruye las empresas privadas y después se presenta como salvador, repartiendo planes a los que perdieron el trabajo (Ramiro Castiñera)

En tanto, el economista y docente Eduardo Levy Yeyati dijo que “los rubros que más subieron de precio fueron los que venden en mercados protegidos, y los que sufren en los costos la presión cambiaria por falta de dólares”. En ese sentido, destacó en Twitter: “La prohibición de exportaciones de carne presiona al dólar (+ inflación hoy) y destruye stock (+ inflación mañana)”.

Asimismo, Ramiro Castiñeira, director de Econométrica, afirmó que el cierre de exportaciones “es una deliberada política destructiva del aparato exportador”.

“Con estas políticas el Estado destruye las empresas privadas y después se presenta como salvador, repartiendo planes a los que perdieron el trabajo”, destacó.

Cuando se pusieron restricciones a las exportaciones, entre 2006 y 2015, se perdieron 10 millones de cabeza de ganado, la producción cayó un 18% y los precios subieron 300% vs inflación del 200% (Juan Ignacio Paolicchi)

La suspensión por 30 días de las exportaciones de carne se da a conocer apenas un día después de que el presidente Alberto Fernández expresara su preocupación por el aumento “inexplicable” de los precios en los últimos dos meses.

Sinceramente no hay ninguna razón, más que el aumento del consumo, para explicar esos aumentos que se dieron en marzo y abril”, analizó Fernández. ”Celebro que la Argentina exporte carne”, dijo el mandatario “pero no que hagan pagar a los argentinos el precio que le hacen pagar por la carne, y que les den una migaja de 8.000 toneladas de carne cuando acá se consumen 200.000”.

La referencia del presidente fue respecto al acuerdo que el Gobierno alcanzó con el Consorcio de Exportadores y otras cámaras del sector frigorífico para sostener hasta fin de año un programa de 11 cortes de alta demanda local, a precios por debajo del promedio de mercado.

Ese acuerdo anunciado hace 10 días prevé llegar a 3.000 bocas de expendió en todo el país con un volumen de 8.000 toneladas mensuales, un 25% mas de lo que se venía abasteciendo en los últimos meses desde la puesta en marcha de este acuerdo.

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